Entre Poniente y Levante

Anuncios de Interior

Desde la campaña de 2012, la DGT nos había hecho comprender que lo importante es llegar

Del lúgubre espectáculo a que nos había acostumbrado, en los últimos años, la DGT con sus campañas publicitarias, ahora el Ministerio ha diseñado una campaña límpida, clara, incluso chusca. Este año, los anuncios han querido ser padrinos del benemérito cuerpo y nos han sacado la cara más amable de la Guardia Civil como valedor. Desde un número (todavía se llaman así) apagando un cigarrillo qué, un inconsciente ha tirado en un campo, hasta dos números en la parte de atrás de un vehículo moviendo la cabeza con aflicción al ver como un insensato utiliza su móvil, al tiempo que conduce. Desde la campaña del lejano 2012, la DGT nos había hecho comprender que lo importante es llegar y que la Administración solo pretende llevarnos a destino sin percances. Si aquellas campañas pretendían ponernos los pelos de punta al ver esas familias rotas por una indebida utilización de sus vehículos, hay que reconocer que lo habían conseguido. Pero este año aun teniendo en cuenta la amabilidad de los protagonistas -la imagen del guardia civil sacando una regadera de la espalda para apagar el fuego del cigarrillo, no tiene desperdicio- no van a conseguir que el multado sea más cariñoso con la Guardia Civil: una multa es una multa. Es difícil que el multado recoja la notificación con una sonrisa. Lo que sí habrá conseguido esta cruzada será acercar a esos funcionarios a las personas y hacernos ver que ellos -sí, los que nos sancionan cuando cometemos alguna tropelía- también tienen su corazoncito. Sin embargo, debería recordar el Ministerio del Interior y con ello la DGT que no siempre los conductores dan lugar a esos temibles accidentes que nos presentan en las pantallas. En muchas ocasiones la Administración se pone de perfil al respecto de la cantidad de puntos negros que existen en la red viaria española con el consiguiente demérito para una conducción segura. Cierto que no todas las vías pueden tener rango de autopistas de peaje o autovías, pero debe admitir que existen carreteras de ámbito general en muy mal estado; que la eliminación de peraltes, curvas sin sentido o puntos negros llenos de baches y malos firmes, no acaba de ser una realidad; que la DGC no acaba de solucionar el drama de los quitamiedos para las motos...Más allá del anuncio, pongamos un número concienzudo en esos puntos negros y evitaremos que luego haya que reclamar al maestro armero.

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