BRINDO por las mujeres que derrochan simpatía... y brindo por los alcaldes de la provincia que trabajan a diario con alegría y vehemencia para sacar adelante sus pequeños pueblos; por los agricultores que llevan muchos años tirando del carro de la economía almeriense y ahora se van a plantar en unos precios mínimos porque están cansados de ser apaleados por unos estafadores de guante blanco; y por un sistema judicial que siempre llega tarde y mal, pero ha dejado claro con las últimas operaciones (Poniente y Costurero) que el que la hace la paga sea alcalde, nadie es impune ante la ley que equipara a todos los ciudadanos; por los vecinos que llevan meses aguantando las obras que ha traído el Fondo Estatal y no se quejan porque son conscientes de que mejorarán pronto su calidad de vida; por los que se alejan de las dictaduras de la opinión pública y salen a la palestra a denunciar los incumplimientos de las administraciones con nuestra provincia; por los que no van a votar y no lo harán nunca por muy presionados que se sientan, porque han perdido ya su fe en la política como el arte de hacer posible lo necesario; por los empresarios que buscan soluciones y no se limitan a dar despidos; y por los emprendedores que no viven de las subvenciones y ayudas que acaparan sólo unos pocos; por los que denuncian las oposiciones amañadas y los cargos a dedo; por los jóvenes almerienses de los grandes partidos que empujan con fuerza y van a cambiar desde dentro las viejas estructuras del ordeno y mando; por los gays y las lesbianas que no se esconden de miradas intransigentes; y por los profesionales de este periódico que hacen lo imposible para ofrecer cada día a los lectores un producto informativo de calidad; por los que usan su tiempo libre en ayudar y ser solidarios con los que más nos necesitan; por los que donan sangre y órganos; y por los que aceptan que no les va el gimnasio y se olvidan del totalitarismo de la belleza siempre que se lo permita la salud; y por los que se emocionan, y más aún en estas fechas, al recordar a los seres queridos que ya no están; por los que trabajan para vivir y los que viven para trabajar; por los que aman el deporte aunque sea desde el sofá; y por los miles de aficionados almerienses de un Barça que honra el buen fútbol; por los que disfrutan del cine español sin los típicos prejuicios; por los que defendían el soterramiento integral y así lo seguirán haciendo cuando todos se han plegado a la imposición de Fomento; y por los que quieren a esta provincia y están bastante hartos de los que dicen "esto solo puede pasar en Almería"; por mi mujer, mis padres y mi hermano; por ustedes. En esta columna, mi última del año, les quiero desear un feliz y próspero 2010.

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