República de las Letras

Cataluña como problema (2)

Por mucho menos cayó la monarquía en 1931. Se necesitan buenos políticos. Y diálogo, mucho diálogo

Recuerdo que de niño y adolescente me llamaba la atención esa especie de animadversión generalizada que había hacia los catalanes. Nadie hablaba bien de ellos y siempre se les tildaba de avaros, de "agarraos", con chistes al respecto. ¿De dónde proviene, me pregunté alguna vez, esta especie de repulsa a los catalanes? Sin duda tenía relación con su idiosincrasia en lo referente a la economía privada y familiar. Y también con aquella época, no tan lejana, en que los andaluces y almerienses, entre ellos muchos familiares y vecinos míos del Barrio Alto, se iban a Barcelona "a buscarse la vida, porque aquí no hay trabajo", se decía. Franco utilizó aquello de "Una, grande y libre" para mantener a Cataluña bajo el dominio absoluto de su régimen. Era la sacrosanta unidad de España, tan cara a la mentalidad conservadora. Como si hubiese algo humano que sea inmutable y eterno. Ésta es la causa social -la económica es, no obstante, mucho más determinante: Cataluña es la región más rica de España, uno de los motores de la economía total del país y la comunidad que más impuestos paga al Estado central-, ésta es la causa social, digo, de la intervención, casi una suspensión, que ha hecho Rajoy de la autonomía de Cataluña y del golpe de fuerza que ha imposibilitado el referéndum del próximo domingo. ¿Hasta cuándo piensan los conservadores mantener a Cataluña dominada por la fuerza? Hipócritamente, Rajoy pide a los independentistas que vuelvan al redil español, cuando sabe que ya nada será como antes, que tendrá que negociar, que el camino a la independencia ha quedado abierto con las violentas y provocadoras actuaciones policiales. ¿Qué proceso piensa Rajoy comenzar desde el lunes para solucionar el problema catalán? A juzgar por lo que ha hecho hasta hoy -recogida de firmas contra el Estatut en 2006, recurso al Tribunal Constitucional e inmovilismo total posterior hasta la actual provocación del estallido social con intervención de las cuentas de la Generalitat, y actuaciones de Policía y Guardia Civil- Rajoy y su gobierno quieren a los independentistas catalanes "cautivos y desarmados". Y así no se soluciona nada. Así se alimenta un fuego en el que podemos quemarnos todos. El PSOE también. Y nuestra democracia con nosotros. Y la monarquía. Por mucho menos de eso cayó el régimen borbónico en 1931. Se necesitan políticos. Buenos políticos. Y diálogo, mucho diálogo.

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