La tapia con sifón

Cocinar en casa

Si la cosa tiene éxito, otro día seguimos con ensaladilla rusa, empanadillas y otros que tal bailan

La moda del hágalo usted mismo intenta disfrazar de modernidad la vieja precariedad, recrudecida tras unas pocas décadas de tregua: "low cost", economía colaborativa, autoempleo, etcétera. La lista de "autoactividades" es larga -selfies, autoedición, muebles para montar…-, pero se echa en falta una vuelta a cocinar en casa, que tiene muchas más ventajas que suplantar a Pérez Siquier o al maquetador de textos. Me refiero a ventajas para el usuario -salud, placer y ahorro-, no para la potente industria alimentaria. Salud: evitamos aditivos, grasas malas, azúcares y sales que la industria usa a mansalva porque son baratos y enganchan; además, cocinar relaja y ahorra uno en antidepresivos, antiácidos y otras cosas peores. Placer: gustativo y satisfacción por el resultado. Ahorro: además del citado en medicamentos, suele ser más barato cocinar que comprar precocinados, excepto si se compra solo comida basura.

Para los no iniciados propongo dos platos sencillos, dificilísimos de encontrar, con una mínima calidad, en bares y comercios: tortilla de patatas y boquerones en vinagre. No he encontrado tortillas excelentes en ningún local de Almería. Las de Bodega Montenegro y Con Alma son aceptables, pero la mayoría de las demás son infumables, muchas de ellas compradas congeladas. De éstas últimas alguna excepción de calidad en el mercado, como la de Senén. Pero cuesta 9 euros la de 700 g y podemos hacer una igual por tres: 400 g de patata ojo de perdiz (0, 72 euros), 6 huevos camperos (1,30), 100 g de cebolla, sal y AOVE. Cortar las patatas en cuadritos y freírlas (doradas sin pasarse) en el aceite, con la cebolla picada; escurrir el aceite, salar y mezclar con tres huevos batidos sin espuma. Reposar hasta la hora de comer, añadir otros tres huevos y cuajar en sartén antiadherente con una lágrima de aceite. Es mejor con el interior poco hecho, pero allá cada uno. ¡No recalentar en microondas!

Boquerones: poner los filetes limpios (cuanto más grandes mejor) en agua con un 30 % de sal gorda, una media hora, depende del tamaño. Escurrir y cubrir con vinagre de Jerez reserva o similar, un chorreón de agua y una pizca de sal. Escurrir bien y cubrir con AOVE. Si la cosa tiene éxito, otro día seguimos con ensaladilla rusa, empanadillas y otros que tal bailan.

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