Entre Poniente y Levante

Constitución herida

Razón tenía Figueras, presidente de la Generalidat, cuando dijo "estoy hasta los cojones de todos nosotros"

La Generalitat catalana tiene todo preparado para convocar el 1 de octubre un referéndum en el que preguntará a los votantes si desean que Cataluña sea un estado independiente. Aunque el fondo siga siendo erróneo, la pregunta no da para dudas. El organizador, esto es, el Honorable Puigdemont, pretende por la vía de esta consulta que Cataluña deje de ser parte de España. El anuncio ha removido lustrosos traseros y ha obligado a altas mentes pensantes a contestar a una deriva que debía haber sido corregida hace ya mucho tiempo. El caso es que Puigdemont en contra de todo lo establecido ha dicho que habrá referendo, apoyándose en un régimen jurídico excepcional que viene a decir que su Ley de referéndum prevalece jerárquicamente sobre la Constitución Española. (??). No obstante, en su línea, ha cifrado el censo oficial como el que se utilizaría para votar en cualquier otra convocatoria, con lo que el resultado calculará la mayoría sólo con los que voten. No es mala manera de ganar y así en 48 horas declarará la independencia. La Constitución ha sido herida de nuevo, pero ya ha pasado otras veces y siempre ha salido adelante. El artículo 155 de la Constitución marca el cómo y la vía de actuación del Estado cuando una Comunidad Autónoma se desmanda. Sin embargo, sea por talante democrático o por lo que pueda ocurrir, nadie se atreve a poner en marcha un procedimiento que, entre otras, incluye la posibilidad de la cancelación de la Autonomía y la intervención del Ejército. Alegato que ha citado, repetidamente, la ministra de Defensa. La situación es lo suficientemente compleja y apurada como para que los políticos resuelvan al objeto de que este intento de cisma no salga adelante, pero ellos, amén de tiernos y tibios con sus declaraciones sobre la hipotética declaración de independencia, no acaban de convenir cual es el objetivo común, departiendo sobre federalismo, reformas constitucionales o sobre sustanciales coincidencias en lo esencial. Esto es: nada. Me pregunto dónde están esos guardias civiles que aparecen en los anuncios de la DGT poniendo multas cuando un conductor utiliza el móvil mientras conduce, que no le han quitado ya cuatro puntos, como a cualquier ciudadano que tenga la desgracia de pasarse un microscópico metro de lo marcado en la señal. Razón tenía Figueras, antiguo presidente de la Generalidad, cuando en 1883 dijo "estoy hasta los cojones de todos nosotros".

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