POR fortuna, la marcha deportiva del Almería tapa los errores que se siguen cometiendo en el club. Denominar a la jornada de ayer "Día del Abonado" suena casi a chiste. Yo más bien diría que pudo haber sido bautizada como "Día de la Permanencia", o de otra manera, pero nunca dando a entender que el homenajeado iba a ser el abonado. Si hacemos cuentas y dividimos el coste del abono en cualquier zona del estadio por el número de partidos de la temporada, al abonado homenajeado le costó ayer la entrada mucho más cara que al resto de aficionados. Y eso sin contar con los abonados que pagaron por ver a Real Madrid y Barcelona. Tampoco es que sea una tragedia que la directiva tenga algún día un gesto, pero nunca se debió llamar "Día del Abonado". Rectificar es de sabios, pero la directiva no lo hizo en toda la semana sabiendo que había cometido un error. Además, ya que se toma la medida, lo que no se puede es invitar a miles de niños que impidieron disfrutar a más aficionados por un día de los precios populares. Y para rematar la faena, no se puso límite alguno a los abonados para adquirir entradas. Conclusión: no se puede hacer peor. Y no es la primera vez. Baste recordar como ejemplo el reparto de entradas para el partido del pasado año en Lorca. En cuanto a lo meramente deportivo, el Almería casi certifica la permanencia en un partido soporífero, sobre todo en la segunda mitad. Sin embargo, como comentó Emery en rueda de prensa a la finalización del encuentro, hay que seguir creciendo. Ahora hay que marcar nuevos objetivos y disfrutar de las próximas semanas, algo que nadie podía imaginar a principio de campaña.