Eléctrica 007, licencia para matar

Lo que nunca sabemos es '` asumir responsabilidades. Me importa poco que le echen la culpa al Ayuntamiento

Vivimos en una sociedad tan falsa que está perfectamente adaptada a la hipocresía que nos exigen los tiempos. Aquí, cuando la chiquillada de Podemos se niega a acudir al Besamanos de Su Majestad, es la noticia que rompe titulares en todos los informativos y diarios. (A mí, personalmente, me parece que Pablo Iglesias perdió una oportunidad excepcional para poder regalar una nueva saga de libros a SM, o simplemente un ejemplar de Utopía, en el 500 aniversario de su publicación en alguna cuidada edición conmemorativa.) Pero nadie se escandaliza de que en el mismo besamanos anduviese Rita Barberá como inmaculada figura que se pasea por los pasillos senatoriales. Aquí nadie se escandaliza de que haya que meter, aunque sea con calzador, como presidente de alguna comisión parlamentaria a quien ha usado poder y dinero público para obtener información en beneficio propio, estando recusado por todo el Parlamento, salvo sus propios. Este país se escandaliza de gilipolleces, y deja pasar las mejores. Este país está viendo cómo recibos de la luz que apuntan consumos de no más de cuatro euros se elevan a casi cincuenta, después de serles aplicadas las correspondientes alzas por alquiler de dispositivos e impuestos. Este país está viendo cómo las compañías eléctricas están siendo un nicho perfecto donde van a dormir, en eterno pero muy bien gratificado descanso, todos aquellos que en otro momento servidores de lo público fueron. Este país está viendo cómo el presidente de alguna de esas compañías alcanza la miseria de unos ingresos por cuarenta y tres mil euros al día (poco menos de tres mil euros a la hora). Este país está viendo tantas cosas, gracias a la luz eléctrica, que podemos afirmar sin ningún rubor ni miedo a equivocarnos, que ha quedado completamente cegado por el exceso de contaminación eléctrica. Días atrás moría una señora mayor (descanse en paz), víctima de la llamada "pobreza energética": nuestro gran logro es saber clasificar las desgracias mediante un nombre perfectamente adjetivado. Lo que nunca sabemos es determinar ni asumir responsabilidades. Me importa una mierda que se echen las culpas del Ayuntamiento a la Compañía, y viceversa. Pues yo empiezo asumiendo la mía: sigo siendo cliente de una de esas compañías que ejercen su tarea como si de monopolios se tratasen, consciente, pero sin el urgente cambio a otra que aún no sea sospechosa. Porque las hay.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios