Carta del Director/Luz de cobre

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Los dados al aplauso fácil deben entender las dudas que genera el AVE por tanta decepción que hemos sufrido

Comienzo afirmando, una vez más, mi compromiso en la defensa de las infraestructuras de la provincia. Un compromiso que pasa por la reivindicación permanente y sin descanso en la necesidad de que el AVE, que un día nos debe conectar con Madrid, sea de primera y no una alta velocidad para contentar a aquellos paladares que no sean exigentes o que tengan en las ligaduras con sus partidos políticos una visión parcial o limitada y no sitúen en primer término los intereses de la provincia. O en la necesidad de acabar con el déficit hídrico o paliarlo en lo posible si queremos, de verdad, mantener el crecimiento y desarrollo de una tierra hecha a sí misma y que algunos parecen empeñados en truncar. Primera aseveración que no tiene una dirección concreta, sino que se dirige a todos los que han ejercido, ejercen o ejercerán el gobierno. El camino es tan largo que esto siempre va por ciclos y los que hoy gobiernan mañana estarán en la oposición y los que ahora no tienen descanso en la reivindicación se pondrán a la defensiva cuando lleguen los incumplimientos.

En materia ferroviaria, lo he escrito en otras ocasiones, quiero creer en las palabras del ministro de Fomento, Íñigo de la Serna y en sus compromisos con el AVE a Almería. Pero tanto el ministro, como aquellos que aquí ejercen de portavoces, y muy dados al aplauso fácil, tienen que entender que las decepciones han sido tantas y tan grandes, que la duda siempre va a permanecer, a la vez que la presión permanente para que no olvide que somos una tierra agradecida, pero maltratada la mayor parte de las veces por aquellos que han ejercido el gobierno.

Es cierto que los pasos que se están dando van por el buen camino. El señor De la Serna está cumpliendo sus compromisos, pero hasta ahora y que me corrija si me equivoco, las máquinas siguen paradas desde hace cinco años y no hay una sola previsión de que a lo largo de 2018 lleguen al tajo y comiencen las obras. No quiero recordar, pero se hace necesario, la imagen del señor Rodrigo Rato, entonces todopoderoso vicepresidente del Gobierno de Aznar, a finales de la década de los noventa en la Diputación Provincial asegurando, con solemnidad, que Almería dispondría de AVE en los Juegos Mediterráneos de 2005 y hoy, tres lustros después, nos lo están fiando a 2023. Lo que pase hasta entonces nadie, absolutamente nadie lo sabe. Y en déficit hídrico, para nuestra desgracia, Junta y Gobierno siguen en declaraciones de culpabilidad del otro, perdiendo tiempo y dinero, mientras los agricultores pagan el agua a precio casi de oro, cuando la tienen, y proyectos tan necesarios como la desaladora de Villaricos permanece anegada por el barro de las riadas de hace cinco años y sin nadie que sea capaz de dar una fecha para recuperar una inversión tan millonaria como necesaria para esta provincia.

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