República de las Letras

Ética de derechas

La corrupción política ha convertido a la Ética en un valor de ínfima calidad. Parece que todo lo posible es lícito

Llega uno y, hablando, hablando, aborda el asunto de la corrupción política y la financiación de los partidos. Claro, en esta Almería de mayoría de derechas todo el mundo cree que habla con otro de derechas. Son prepotentes, irrespetuosos, y se lanzan a dar su opinión porque creen que quienes los escuchan piensan lo mismo y los apoyan. Y si alguno no, les importa un pimiento, pues siempre cuentan con que la mayoría opina como ellos. Casi siempre repiten consignas de los líderes de derechas o reproducen opiniones de los articulistas y contertulios de derechas en televisión y radio. Así, creo yo, se sienten más seguros en un mundo que están viendo que se les tambalea: el PP cae en picado en las encuestas. Muchos de ellos, como las ratas que abandonan el barco que se hunde, se están pasando a Ciudadanos. Sobre el tema citado, lo que argumentan se puede resumir muy fácilmente: la financiación de los partidos, según la ley que la regula, es insuficiente; los partidos tienen, entonces, que buscar financiación ilegal; en toda Europa ocurre lo mismo. Sin embargo, en otro asunto también importante, como es Cataluña, afirman con Rajoy que la ley es la ley. Curioso concepto tienen de la ley: no es respetable en cuanto a corrupción se refiere y sí en cuanto a Cataluña. Por supuesto, no mencionan que si la ley no sirve los políticos la pueden cambiar. Tampoco hablan de que las donaciones siempre son en negro y a cambio de "favores" en la concesión de obra pública, es decir, para que los donantes -y ellos mismos- se lleven el dinero de todos. Y cuando dicen que eso pasa en toda Europa, tampoco se acuerdan del viejo refrán: mal de muchos, consuelo de tontos. Todo esto, unido a la convicción de que, por la reforma laboral, el trabajador es una mercancía a la baja, casi, casi un esclavo que debe agradecer tener trabajo aunque sea malísimo; a que la Sanidad Pública hay que convertirla en negocio; a que las pensiones son regalos del gobierno; a que hay que beneficiar a la Educación privada sobre la Pública… ha creado un estado de opinión que ha convertido a la ética en un valor de ínfima calidad: parece que todo lo posible es lícito, que es legítimo valerse de lo que sea para conseguir lo que se quiere. Ese es el clima imperante en la sociedad, es la idea que han transmitido los corruptos. Es lo que ha inculcado el PP a los que lo apoyan y lo votan. A ver si Ciudadanos…

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