Crónica Personal

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Los funcionarios de la Generalitat han dicho que ellos no mueven un dedo para organizar el referéndum

Puigdemont ha pedido a los miembros de su equipo que sean discretos y se mantengan unidos. No ha tenido mucho éxito: la unidad brilla por su ausencia en el Ejecutivo catalán y, en cuanto a la discreción, la clase política catalana sigue con regocijo las informaciones que recogen qué se dice en sus reuniones internas.

Esas filtraciones demuestran que el Gobierno está dividido respecto al referéndum, que hay consejeros que quieren que se convoque de forma unilateral y urgente, sea o no legal, mientras otros se resisten y aconsejan que se busquen fórmulas acordes con la ley. Difícil fórmula, por no decir imposible.

Todo eso ocurre mientras Puigdemont está obligado a convocarlo porque en caso contrario pierde el apoyo que presta la CUP a su Gobierno; ocurre mientras su partido, PDeCat no tiene candidato a la Generalitat y Puigdemont se teme que le vaya a caer esa responsabilidad, que no quiere de ninguna manera. Pero Artur Mas y Francesc Homs están inhabilitados, la vicepresidenta Neus Munté no quiere ni de broma, y todos los políticos independentistas están que no les llega la camisa al cuerpo por miedo a cometer un error y ser inhabilitados para proseguir su carrera política. Por ejemplo, Oriol Junqueras, que aspira a convertirse en presidente de la Generalitat porque todas las encuestas dan a ERC como seguro ganador de unas elecciones autonómicas.

De las conversaciones filtradas se ha sabido que los funcionarios de la Generalitat han dicho que ellos no mueven un dedo para organizar el referéndum por si acaso el TC les castiga con una multa o la pérdida de su empleo. Que Junqueras ha advertido que se tienen que ir comprando las urnas y la consejera de Gobernación ha respondido que le dé la orden por escrito, que ella no se hace responsable. Junqueras ha dado la callada por respuesta, claro. Sabe que los de PDeCat buscan su inhabilitación. Altos cargos han anunciado que no van a tomar ni una sola medida que no venga acompañada por una orden escrita, y las imprentas catalanas a las que han tanteado para que se ocupen de las papeletas se han puesto de perfil, no quieren saber nada de papeletas para un referéndum ilegal. La presidenta Forcadell ha anunciado que deja la política, la CUP presiona, En Comú habla abiertamente de las elecciones anticipadas, y la corrupción aprieta cada vez más a la imagen y a los candidatos de la antigua Convergencia, que se encuentran en una situación límite porque todo apunta a que su voto cae en picado. Son fechas en las que muchos pagarían por tener acceso a lo que se dice en las reuniones del Govern … y de los partidos independentistas.

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