URGENTE Pedro Sánchez se retira de la vida pública hasta el 29 de abril para pensar si seguirá de presidente del Gobierno

Lo aprendí de...

Carmen Crespo

Fuerza, trabajo y ayudas

No queda otra que levantarse y empezar, pero este campo necesita que todos estemos a una

La gente del campo está hecha de otra pasta. Sí de un material duro capaz de soportar lo que otros no pueden. Es así y así lo han demostrado tras los daños causados por los tornados, el pasado 6 de enero, los agricultores en El Ejido. No duraron ponerse volver al tajo y hacer entender que aquí el tiempo no corre a favor, que las cosas de palacio no pueden ir despacio, que los mercados europeos no esperan y que las pérdidas podrían ser mayor sin reacción en un momento álgido de la campaña agrícola. Y así nos han vuelto a dar una lección de vida. Mientras el gobierno andaluz evitaba comprometer ayudas, los agricultores daban un paso al frente para enfrentarse a las pérdidas y, sin tiempo a recomponerse, volver a empezar. Los que llevamos ese 'gen' del campo somos conscientes que ni la fuerza de ese tornado puede con el carácter luchador de los agricultores que siempre se han sobrepuesto a las vicisitudes con una gran entereza y fortaleza. Es de justicia que el gobierno andaluz se comprometa seriamente y sin más demora con el campo almeriense. No pueden dejar a los agricultores solos en un momento en que precisan líneas de ayudas e indemnizaciones para recuperar el potencial productivo de unas tierras que, sin duda, aportan mucho a la economía andaluza. No hay más tiempo que perder, el gobierno autonómico debe reaccionar sin dilación. Tienen que utilizar, como ya hemos pedido, esa partida de 6,1 millones de euros que establece el Programa de Desarrollo Rural 2014-2020 para este tipo de catástrofes naturales. Y, en caso de no poder acogerse, la Junta está obligada, como administración competente, a implicarse y arbitrar todas las líneas de ayudas que sean necesarias para una agricultura que ha salido por sí sola, que no se beneficia de la PAC y que no depende de otro tipo de subvenciones. Las comparaciones son siempre odiosas, pero, en muchas ocasiones, son necesarias para hacer valer lo importante que es la inmediatez. Y ahí es de reconocer la agilidad del alcalde ejidense que, desde el primer momento, estuvo junto a sus agricultores valorando las pérdidas y poniendo en marcha todos los recursos municipales al servicio de los que habían perdido sus cosechas. Con celeridad ha actuado, también, el gobierno de Rajoy que ya ha encomendado al diputado Rafa Hernando elevar al Congreso medidas que van desde la rebaja fiscal a los aplazamientos de las cuotas de la Seguridad Social a los agricultores, entre otras. Y todo ello, mientras la Junta sólo habla de evaluar los perjuicios.

Y eso me duele como nieta de agricultor que soy. Es incomprensible que no haya actuado con la misma agilidad el ejecutivo andaluz que el resto de administraciones. Créanme que no se trata de política sino de la reacción de una simple vecina de la comarca del Poniente que ha visto las terribles consecuencias de un temporal que ha dejado más de 200 hectáreas en el suelo, más de 40 millones de daños y muchas producciones perdidas.

Es cierto, no queda otra que levantarse y empezar, pero estarán de acuerdo que este campo necesita que todos estemos a una.

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