La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Ganaron los malos

Hubo palos que dieron la peor imagen posible, hubo urnas, papeletas y colas para votar: no cabe mayor fracaso

De vergüenza se cubrieron ayer los ciudadanos catalanes que sacrificaron la razón democrática a la emoción y la visceralidad patriotera, pisoteando la Constitución. De vergüenza se cubrió la Iglesia catalana -como hizo en su día la vasca- sin que ni la Conferencia Episcopal ni el Vaticano reaccionaran. De vergüenza se cubrieron los mossos al convertirse en una Policía política al servicio de la Generalitat golpista. De vergüenza se cubrió Iceta al decir: "No queremos que actuaciones policiales con el uso de la fuerza puedan lesionar la convivencia que, pese a todo, sigue absolutamente vigente en Cataluña". La noche anterior su duro enfrentamiento en la Sexta con los independentistas lo desmentía: la convivencia está gravemente deteriorada en Cataluña.

Mal estuvo Sánchez (pero peor pudo haber estado: al menos mostró su apoyo al Estado de Derecho "pese" al Gobierno) con su equidistancia entre Rajoy, la CUP y los antisistema. Olvidando que estos, como ayer escribía Santos Juliá en El País, "con sus vanguardias dispuestas a recurrir al siniestro repertorio de acción colectiva propio de los nazis, con sus señalémoslos, barrámoslos", están poniendo en práctica "la sabiduría de los viejos golpistas: que dentro del Estado es desde donde mejor se destruye al Estado".

De vergüenza se cubrió el Gobierno actuando tarde y mal. Después de hacer de Don Tancredo y haber no aplicado el 155 tras lo sucedido el 6 y 7 de septiembre en el Parlament, dio ayer por la mañana a los sediciosos las imágenes que tan inteligentemente al final han logrado (porras y balas de goma contra civiles desarmados, entre 400 y 500 heridos). Josep Cuní lo expresó bien: "Les habían dado el relato y esta mañana les han dado la épica". Hubo palos que dieron la peor imagen posible, pero también urnas, papeletas y colas para votar: no cabe mayor fracaso.

Dicho lo cual hay que añadir que los heridos y los disturbios los han provocado los golpistas de la Generalitat y sus apoyos como Societat Civil Catalana, que ayer dijo que un ciudadano podía votar varias veces. Ellos no se han cubierto de vergüenza porque ya no podían estarlo más -al igual que Pablo Iglesias y los de Podemos-, sobre todo después de lo sucedido en el Parlament. Pero ayer ganaron la batalla de la imagen, haciendo olvidar que la movilización popular seguía los planes de políticos golpistas anticonstitucionalistas que habían perpetrado lo que ninguna democracia europea toleraría.

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