Gasto en el paro de 2017

En la provincia el gasto total en esa protección fue de 331 millones. Se ha reducido un 3% frente al año 2006

E L viernes, dos de febrero, conocimos el último dato que faltaba para completar la visión del mercado laboral de Almería en 2017: la protección a los parados. En nuestra provincia el gasto total en esa protección fue de 331 millones. Se ha reducido, por tanto, un 3% frente a 2006 y está ya lejos de los 553 millones que se llegaron a pagar en 2010. Es, además, el menor gasto en diez años. Contados así, en bruto, estos datos no dicen gran cosa. Para saber cuánto hay de bueno en esa reducción debemos relacionarlos con las cifras de paro. En Almería el desempleo casi duplica al existente a finales de 2007.

Hay, así, una primera conclusión. El descenso del gasto - hablamos ya de toda España - y la recuperación del empleo -hay más afiliados a la Seguridad Social- permite que la factura del paro se abone con las cotizaciones, sin endeudar al Estado, que bastante deuda tiene ya. Lejos también de aquel año 2010 cuando hizo falta 32.000 millones para abonar el desempleo. Todo eso está muy bien y, sin embargo, ¿Por qué en Almería, con el doble de parados de hace diez años, el coste en prestaciones por desempleo es el mismo? Primero lo obvio, hay menos parados cobrando. Vean si no. En diciembre de 2007 nueve de cada diez parados estaba protegido. Hoy lo está el 57%. De otra forma, hay 25.000 personas que apuntadas en las Oficinas de desempleo sin recibir ayuda. Como apenas el 9% de los parados inscritos son personas que buscan su primer empleo, el resto ha trabajado antes. Que casi la mitad no cobre nada nos coloca, una vez más, ante el problema del paro de larga duración y su terrible traducción en exclusión social. Son desempleados para los que en abril habrá que cambiar el sistema de ayudas, especialmente tras las sentencias del Tribunal Constitucional. Otra razón menos obvia, pero relacionada, la deja claro un dato: en diciembre de 2007 un parado recibía 941 euros, hoy percibe 777. La causa está en que hay menos gente cobrando prestaciones contributivas, las de mayor cuantía y que depende del tiempo trabajado. Por ese paro de larga duración y porque es difícil con los contratos actuales sumar un año trabajado. Es lo primero que se cobra. Después, o en lugar de, está el subsidio. Así vemos que diez años atrás, siete de cada diez parados cobraba prestación, frente a los tres actuales. La protección por desempleo se ha convertido en asistencial.

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