La producción en serie no es propia de esta cadena de montaje, dispensada sea la comparación si en algo viene a propósito de la fotografía. Además, las manufacturas no pueden reducirse, afortunadamente, a un proceso mecánico o automático. Verdad es que la imitación hace estragos y que pocas habilidades o destrezas humanas escapan a la producción tecnológica. Pero la elaboración artesanal, a la que se acerca esta que reúne a tan aplicados ejercientes, siempre cuenta con texturas y rasgos distintivos que procuran aprecio y demanda. Juntos como están estos artesanos populares, duchos en idéntica y añosa labor, manifiestan primorosas pericias manuales que han sido aprendidas de generación y generación por esa misma cercanía a quienes antaño las enseñaron. Sin embargo, las tradiciones necesitan el alimento del cuidado, para que no solo se las rememore en fotografías ajadas por los años. Y el valerse de las manos para dar forma esmerada a domésticas creaciones es buena muestra de ello. Incluso el juntarse para una misma y cuidada faena, hecha razón del legado de las generaciones, cuando parecen otras las hechuras de los días y de las manos. / Antonio Montero Alcaide
No es fácil que grandes empresas como Correos, Loterías o RTVE apoyen un evento. En el caso del Festival Internacional de Cine de Almería, sus gestores lo han logrado. La fórmula perfecta para que siga creciendo.
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