La tapia del manicomio

Herencias

Lo más probable es que todo ese pastizal provenga de una herencia, tal como le ha ocurrido a su maestro Pujol

Está claro que no es lo mismo predicar que dar trigo. El señorito Puigdemont dice que se sacrifica por la patriótica causa, pero vive en un chamizo de a 4.400 € de alquiler mensual. Hay que añadir a este pequeño gasto el coste de apalabrar periodistas, el mantenimiento de su amplio equipo y el suyo propio, al nivel que se merece un histórico como él: no va a alimentarse solo de mejillones, patatas fritas y coles de allí mismo. Un perral que el Gobierno español dice que va a investigar de dónde sale. ¡Qué tontería! Y no lo decimos por las explicaciones que él da: que vive de su sueldo y sus ahorros, complementado con aportaciones de amigos, deudos y protectores. Pues su sueldo de diputado no le llega ni para la mitad del alquiler. Sin contar los gastos de calefacción (un dineral para calentar tres amplios pisos en una zona tan fría y húmeda) y de comunidad, aunque sin gasto de portero, que para eso tiene su guardia de corps. En cuanto a los ahorros que dice tener, no creemos que sus sueldos de alcalde y presidente, durante unos pocos años le hayan alcanzado para mucho. Salvo que le entrara algún dinerillo del famoso "tres por ciento"; por ejemplo el tres por ciento del tres por ciento. Sin olvidar que parece ser que era algo más del tres, en cuyo caso le tocaría más.

Pero todo esto son especulaciones, cuando no calumnias de españolistas invasores y robagallinas. Lo más probable -vamos, es que estamos casi seguros- es que todo ese pastizal provenga de una herencia, tal como les ha ocurrido a su maestro Pujol y algunos otros próceres pillados in fraganti. No nos consta que haya pagado en su momento el impuesto de sucesiones, como tampoco lo pagó su jefe. Nos queda el capítulo de donaciones y aportaciones de amigos, deudos y protectores. De estos recursos seguro que no ha pagado el impuesto de donaciones, si es que todavía no lo ha derogado la Generalitat. Porque si lo pagara, se sabría cuánto le han regalado sus patrocinadores. Hay quien afirma que los altos cargos de la Generalitat le dan una parte de su sueldo. Esto es lo que nos parece más plausible, porque de toda la vida los bien colocados por los partidos, han donado su correspondiente diez por ciento a la causa que los mantiene con un empleo bien remunerado. A la vista de tan opima situación, debe estar ahorrando bastante para el plan de pensiones, dado que el futuro se le presenta algo incierto.

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