Editorial

Hermanos juntos en el mismo colegio

LA Junta de Andalucía anunció el pasado jueves que incluirá modificaciones sustantivas en los criterios de baremación del curso escolar 2010-2011 para favorecer que los hermanos pequeños puedan estudiar en los centros en los que ya lo hacen sus hermanos mayores. La medida, anunciada por la consejera Mar Moreno en el transcurso de la comisión de Educación del Parlamento de Andalucía, podrá solventar una de las más surrealistas carencias del proceso de escolarización. Actualmente, el sistema de baremación concede diez puntos por residir o trabajar en la zona de influencia del centro escolar elegido, que son seis si se vive en una zona limítrofe. Esa misma puntuación, seis, es la que se otorga por tener un hermano escolarizado en el centro. La consejera garantizó que a partir del próximo curso todos los padres que lo deseen podrán escolarizar juntos a sus hijos en el mismo centro, evitando el trastorno evidente que supone que estudien en colegios distintos. Por ello, el anuncio realizado por Moreno introduce cordura y promete acabar con el problema para el curso que viene, aunque deja sin solucionar los casos que se han denunciado este curso. Quizás el más llamativo sea el de Córdoba, donde a finales del pasado mes de mayo nació la plataforma Hermano, ven a mi cole, una iniciativa de padres afectados por este problema que ha luchado sin freno para lograr que Educación reconsiderase la inexplicable disfunción burocrática que impide a sus hijos menores acudir al mismo colegio que sus hermanos mayores, al no reunir los puntos necesarios. Al margen de este significativo avance, creemos también que Educación debe proceder a una profunda revisión de los criterios que actualmente se aplican en el proceso de escolarización y, principalmente, de las medidas de control necesarias para erradicar la picaresca y las trampas entre las familias para lograr plaza en los colegios elegidos. La proliferación de querellas en los juzgados o de informes realizados por detectives privados dan buena muestra de las imperfecciones de un sistema en el que parece que acceder a un pupitre es lo más parecido a participar en una tómbola en la que las papeletas, si no se tiene suerte, están, además, trucadas.

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