TORRE DE LOS ESPEJOS

Juan José Ceba

Manifiesto de la tierra herida

LA imposibilidad de sintonía entre los países más pobres con los más contaminantes del planeta, la falta de acuerdos efectivos en la fracasada cumbre de Copenhague, la inexistencia de compromisos, que lleven a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, colocan en un disparadero el futuro de la tierra y de sus seres, ante un caos climático que avanza de forma inexorable.

El drama en curso y sus efectos pueden ser de consecuencias desastrosas, generando catástrofes de toda índole, golpeando de manera terrible en las regiones más empobrecidas, pero dejando sentir su furia aniquiladora sobre toda la tierra. Ha llegado el momento en que todas las criaturas tomemos conciencia del problema, asumamos la responsabilidad que, como habitantes desvelados, tenemos encomendados.

Ya no sirven las grandes palabras y discursos brillantes, si no llevan consigo un compromiso serio y absoluto, palpable, que se pueda medir y comprobar. Obama, el Premio Nobel de la Paz guerreante, conoce las consecuencias del aumento del calentamiento de la tierra: "nuestra prosperidad, nuestra salud, nuestra seguridad, están en peligro". Pero no va más allá, con fuertes medidas concretas, que haga de los Estados Unidos -el país más contaminante, junto con China- un ejemplo a seguir, para frenar el terror anunciado. A esa tibieza, a ese escape irresponsable, habrá que contestarle en la calle -a él y a todo el espectro de la política mundial- con exigencias y presiones, para que se obliguen a armonizar posturas y a conseguir reducciones significativas de esos gases nocivos para la vida y la alimentación en este mundo. Las redes de internet comienzan a tejer, desde la resistencia, una imparable lucha y respuesta -sin precedentes- de salvación del planeta. Desde la participación individual y colectiva en los ámbitos inmediatos, hasta en los focos más contaminantes de dióxido de carbono, metano, óxido de nitrógeno u ozono.

La pasividad, la dejadez, las posturas insensatas e irreflexivas, la cabeza oculta bajo el ala -que esto no va conmigo; dan cobertura a la indefinición o a la simple acción testimonial de los gobiernos, sin una entrega enérgica y decidida. No es una broma el mundo caótico que podemos dejar como legado a nuestros hijos y nietos. La defensa a ultranza de la tierra ha de empezar en las Escuelas.

Y allí donde la creación y la ética resisten frente a la destrucción. Habrá que mostrar la rebeldía en las urnas. Usar las armas únicas del Arte para denunciar la ignominia. Aunar la inmensa energía colectiva. Se anuncia una década de lucha por la Vida. No te quedes al margen.

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