Y a usted, ¿le atienden?

Pedro Caballero-Infante / Caballeroinf@ Hotmail.com

Mejor en persona

HOY, tras varios días sin venir a la farmacia, ha hecho su aparición el inefable Bollito. El viejo bailaor viene con un aparatoso vendaje blanco que le ocluye, además de un ojo, la ceja y parte de la frente.

Aurelio, al verlo entrar y con su proverbial guasa le dice:

-Antonio, paese que viene usté de rematá un merengue.

Eusebio no se queda atrás y le larga.

-Lo que paese é un ariete de los der furbo de ante. A mí me recuerda a Arregui, er que jugó en er Jaén y aluego en el Iliturgi.

-Pó como le echen un balón por el lao der tuerto va a rematá un mojón… ¡Paese er caballo un picaó!

-¡Ya está bien con la guasa, coño, que esto é un cachondeo triste!

-¿Qué ha pasado, Antonio?

-Que ma dao er doló der clavo.

El boticario hace de interlocutor científico para explicar a Eusebio y Aurelio que su significado patológico es el glaucoma. Enfermedad grave más que nada por sus contraindicaciones con otros fármacos y su permanente peligrosidad.

-Porque la subida de la tensión es algo a vigilar permanentemente.

- a eso, presisamente, venía yo. A que me tomase usté la tensión.

Aclarado que son dos tomas de tensión diferentes y que la intraocular ha de tomarla un oftalmólogo, don José observa el deterioro de Antonio que, al haberle dado fuerte al cuerpo, tiene una prematura vejez llena de achaques.

-Tiene usté más achaque que en Ajalvir.

Antonio echa mano de una bolsa de plástico de El Corte Inglés y saca un auténtico arsenal terapéutico mientras masculla:

-La enfermeá es la propia medesina. Aquí hay más potingue que aentro.

Don José comprende su agobio y le propone un dosificador que ha llegado a sus manos por gentileza de un importante laboratorio farmacéutico que ayuda a administrar los fármacos a los polimedicados. Como Antonio, desde que murió su compañera está solo y poco acostumbrado a los alifafes, el boticario intenta explicarle cómo funciona el artefacto.

La intromisión de Conchi no hace sino agobiar y liar más a Bollito.

-¡Déjame usté ya… leche… con tanta sabiduría!

Carmela, con la ponderación que da lo básico, le sugiere a don José lo de toda la vida y el boticario comprende, una vez más, que el trato personal y empático vale más que toda la tecnología del mundo.

Vuelca la bolsa, saca el P-10 y comienza a decir mientras anota:

-Mira, Antonio, aquí te lo pongo. Ésta: D, desayuno; A, almuerzo y C, cena. Ésta sólo por la noche. Ésta otra….

Cuando se termina todo Aurelio le pregunta:

-¿Y ese vendaje es por el doló der clavo?

-¡Qué va! El hijoputa de un niño que me dio con una pelota ar salí del hospitá. Como le dije ar padre. Si fuera sío un pelotaso de los que dan los amigo de los político¡entoavía!

Eusebio, que está a la que salta para el cachondeo, le dice:

-Bollito. Yo creo que entre er doló der clavo, er pelotaso y la madre que parió ar clavo, te queá como un gato escayola. Lo mejón es que vaya llamando a la ONSE.

-Pó voy a esperá un poquito porque son entoavía las dies y cuarto.

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