Su casa está llena de recuerdos; recuerdos de sus noventa y cuatro años. Ohanes, su añorada tierra, se respira en cada rincón de su hogar madrileño. Dos cuadros apaisados enseñan al visitante, los hermosos paisajes de la tierra almeriense que se dibuja a lo lejos. Miguel Vizcaíno Márquez es el nombre de una plaza ohanense que un día echó de menos a su Hijo Predilecto. Miguel Vizcaíno nació en 1913 en la cuna de una familia de campo; hoy sigue estando en lo más alto de la vida política española, desde hace treinta y seis años es miembro permanente del Consejo de Estado, un cargo vitalicio que no le ha permitido bajar la guardia en estos últimos años.

Las pinturas de Visconti, las esculturas de Juan Cristóbal e, incluso, el busto del beato almeriense, Diego Ventaja, acompañan a Miguel en cada estancia de su casa. A pesar de haberse marchado a los once años de Almería, él siempre ha estado muy orgulloso de ser, como dice él, "un catetico de Ohanes". Dejó atrás sus orígenes por ser buen estudiante; el colegio granadino de San Bartolomé y Santiago le brindó la oportunidad de seguir con el bachillerato y, más tarde, gracias a una beca del Estado pudo terminar los estudios de Derecho. "Fui un buen estudiante, aunque no está muy bien que uno lo diga, saqué todo sobresaliente en la carrera".

Miguel ha vivido con intensidad cada capítulo de la Historia Española. En la Guerra Civil una bala le atravesó la espalda. "En la guerra me pegaron un tiro milagroso. Me atravesó la masa muscular y me dieron cuarenta y tantos puntos. Fue en la batalla del Frente del Ebro". Además de su experiencia en el frente, el almeriense ingresó en la Academia Militar de Zaragoza; allí consiguió ser nombrado Alférez para convertirse, años más tarde, en General Consejero Togado, la máxima categoría del Cuerpo Jurídico Militar.

Acabó la Guerra y comenzaron sus años de casado. Granada fue testigo de boda y la elegida, una joven madrileña que conoció en sus años de estudiante. Aquél feliz matrimonio le dio cinco hijos, dieciocho nietos y diecinueve bisnietos; todos ellos protagonistas de las fotos que envuelven las paredes de su casa. Miguel dice que nunca imaginó una vida así y, señalando al cielo con una sonrisa dibujada a medias, da gracias por lo que se ha encontrado en el camino.

Sobre su mesa del despacho asoman varios libros de actualidad jurídica y dos 'montañas' de folios que tiene que prepararse para el próximo jueves. Son las últimas resoluciones ministeriales que tienen que despachar en el Consejo de Estado. Miguel es el consejero responsable de Educación y Sanidad. "Esto es lo que tenemos que discutir en el próximo pleno: sobre Obras Públicas, esto es del Ministerio de Interior, esto de Sanidad… Sólo otro consejero y yo sobrepasamos los setenta años. Creo que soy el funcionario más antiguo de España". Ni los noventa y cinco años que cumplirá el próximo mes de septiembre perdonan las duras sesiones de trabajo. Cada día debe acudir al despacho del Consejo en pleno barrio de los Austrias, atender visitas, acudir a actos oficiales y, por supuesto, no faltar a los Plenos del Consejo de Estado.

Las paredes de su despacho reflejan lo que ha sido gran parte de su vida. Una fotografía de los Reyes de España cuando todavía eran Príncipes preside la chimenea. "Fui uno de los primeros españoles a los que recibió el Rey don Juan Carlos". En la biblioteca no cabe un libro más: todos jurídicos menos uno, sobre la historia de Almería. Las fotografías de su familia y de los momentos más importantes de su vida política y personal no le permiten que borre un solo recuerdo. "Cuando beatificaron a don Diego Ventaja estuve con mi mujer en Roma y el papa Juan Pablo II estuvo muy cariñoso con nosotros. Aquí, en esta otra estoy saludando a la Reina…".