NO estamos muertos. Todavía. Hay vida. Y esperanza. Y bla, bla, bla. Todo será que me contradigan en estas últimas jornadas Francisco y los suyos pero el caso es que aquí, a orillas del Mediterráneo, huele a muerte anunciada y eso me temo que anunciarán las crónicas en mayo. Hasta que no se certifique tampoco vamos a bajar los brazos, desde el primero al último que esté vinculado al club. Pero claro, esa heroicidad ante Real Sociedad y Valencia se quedó en nada en Valladolid y en casi el viernes contra Osasuna. Javi Gracia y los suyos hicieron su papel, les bastó estar finos en la primera parte y astutos en la segunda.

Marcelo Silva hizo mejor a Torsiglieri y probablemente perdió su último tren para jugar en Almería otro año, al menos en la máxima categoría. Trujillo y Mané tampoco lo pueden hacer todo, así como el veterano Esteban en la portería. Otra expulsión, la de Rafita al final, obligará a Francisco a volver a retocar su línea defensiva y en este caso volverá Nelson al lateral derecho, aunque sea contra un Madrid que se juega la Liga en el Bernabéu y tendrá difícil reivindicarse. Una pena que los retoques necesarios vengan obligados y en estas circunstancias. Verza también tiene sus días, como todo el mundo.

Corona y Soriano los tuvieron, Azeez los tendrá. Aleix y Suso también, pero probablemente lejos de Almería y no porque hayan demostrado regularidad como para quedarse en la máxima categoría, especialmente el segundo. Lo mismo sucede con Rodri, al que Francisco se empeña en no poner junto a un algo recuperado Óscar Díaz ni cuando perdemos 0-2, lo que a más de uno recordará a otras duplas poco vistas como Goitom-Ulloa. Barbosa tampoco suele marcar diferencias y todo eso es lo que tenemos. Aunque difícil, queda margen para evitar el funeral y los minutos de silencio.