Hoja de ruta

Ignacio Martínez

Necesitamos un seguro

DURANTE la retransmisión en CNN+ del debate de investidura una banda ofrecía la cotización de los 35 valores del Ibex. Zapatero minimizaba la mala coyuntura económica con frases como "horizonte transitorio", y añadía que estamos mejor que hace cuatro años. Por debajo de su imagen, en los índices de la Bolsa, todos los bancos daban números rojos. Treinta y una sociedades cotizando a la baja, mientras Zapatero decía que "estamos en un paréntesis" del ciclo de crecimiento económico. Sólo subían en el inicio del debate Enagas, Sogecable, Telecinco y Acerinox.

Sesión moderada. El presidente en funciones propuso un pacto de Estado sobre lucha contra el terrorismo, justicia y modelo de Estado. También sobre política exterior, pensando en la presidencia española de la UE, en 2010. Unos acuerdos al estilo de los Pactos de la Moncloa, firmados hace treinta años por todas las fuerzas políticas, patronal y sindicatos. Rajoy contestó que a él también le gustaría cerrar pactos con todos los grupos, pero ha recordado algo elemental: que en estos acuerdos son imprescindibles los dos principales partidos del país. Este extremo se le ha olvidado al presidente en los últimos cuatro años. Los desencuentros entre PSOE y PP han sido cosa de dos, aunque la estrategia de los populares para lavar su derrota del 14 de marzo de 2004 haya sido el factor determinante de la crispación.

Rajoy estuvo brillante y sacó mejor nota que su oponente. Subrayó la debilidad de la economía española. En el interior, por el endeudamiento de las familias, la escasa productividad y el récord europeo de déficit comercial. En el exterior, por la drástica falta de liquidez bancaria. Zapatero replicó que en los últimos cuatro años de fuerte crecimiento mundial, España estuvo por encima de la media europea. Añado que Andalucía creció más que España. Sin embargo, todo el diferencial de crecimiento del PIB andaluz respecto al español y del español por encima del europeo se debía a construcción e inmobiliario. Ese binomio ya supone en la economía malagueña más del 20 por ciento del producto bruto provincial.

El agua fue objeto de fuego cruzado entre los dos líderes políticos, pero ninguno habló de tener una agricultura menos intensiva, que no suponga el 80 por ciento del consumo total. Tampoco nadie planteó que se pague el agua al precio que cuesta, ni de cambiar el sistema de facturación de los riegos agrícolas, basados en tantos alzados en función del cultivo y la extensión. CiU arrancó al candidato socialista el compromiso de publicar las balanzas fiscales. Ya falta menos para la pelea por la financiación de las autonomías. A media tarde, el debate coincidía con el cierre de la sesión en la Bolsa, con un panorama similar al de la mañana. Sólo se había sumado a los beneficios Mapfre, una compañía de seguros. No es mal signo; necesitamos un seguro.

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