El Padrino II

Sin compradores morbosos no hay artículos de sucesos. No hay sucesos. El crimen no existe

Un libro enigmático recorre las librerías y los quioscos. Tiene pocos datos del autor o la editorial. Yo tampoco los pondría. Hace apenas quince años, un hombre corpulento andaba como otro cualquiera por el Paseo de Almería. Recuerdo haberlo visto alguna vez y parecía un hombre normal, andaba eso sí, algo deprisa siempre. No iba vestido de manera extraña. Era Juan Asensio. Si hemos de creer lo que pone el libro de marras, detrás de este hombre normal había una ristra de asesinatos realizados por el mismo o sus sicarios, ataques con un hacha, bombas colocadas en coches, bombas colocadas en la puerta, intentos de asesinato a sangre fría en un garaje, (tan cinematográfico como posiblemente cierto), incluso patada en la cara después de pegar varios balazos. Recuerdo haber oído en la radio al tal Asensio (no tenía ni idea entonces de quién era), y hablaba de poner entradas más baratas para la tercera edad, (era empresario de cines) con un tono de caridad humana que contrasta con las atrocidades que cuenta el libro. Lo de la patada en la cara después de matar es de cine, lo de patearle o pisotearle la cara es más real, más visceral. Es como que no sólo quieren matarte sino además vejar tu cadáver. Y todo esto pasaba aquí, no era una película. Al parecer era difícil llevarle la contraria a este señor tan humanitario con la tercera edad. Hasta Garzón, que estuvo en Almería de juez, salió huyendo y también un reconocido urbanista que ejerció en el Ayuntamiento. Y lo del periódico La Crónica. Eso era cuando los periódicos locales hacían periodismo de investigación a tumba abierta, con los directores puestos en una diana. Hoy en día los periódicos han pasado de amarillos y negros a blancos. Se limitan a transcribir un frío reporte policial. No juzgan, no señalan, no investigan. Recuerdo cuando el susodicho apareció muerto a disparos en el ascensor de su domicilio, de noche, cerca de donde yo trabajaba entonces. Y al día siguiente todos hablaban de él. Ahora salvo algunos clanes suburbiales, no hay personajes de esta envergadura pública (tampoco hacen falta), y si los hay están ocultos en las trastiendas de los negocios oscuros. Ya apenas hay cines y los sucesos de los residuos del vicio, juego, prostitución, drogas, son sólo reseñas policiales de cien caracteres. Sin compradores morbosos no hay artículos de sucesos. No hay sucesos. El crimen no existe. Sólo en el cine.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios