Pájaro de cuenta

Guitarra armada de otras mil historias, guitarra mercenaria de exceso de cupo

Andrés Herrera. Pájaro. Hijo adoptivo del perdedor por excelencia, Silvio (Rodríguez no, por favor), su guitarrista, su exguitarrista, ya que Silvio ahora sólo canta y bebe en el cielo. Se va, cerca del cielo, y sabe, que tú, también vendrás. Guitarra armada de otras mil historias, guitarra mercenaria de exceso de cupo. Entre ser un guitarrista más de esos que salen en los minutos musicales de la madrugada, donde recogen las migajas los avispados y seguir la senda de su papá adoptivo, se queda a medias entre ambos. Tiene ya tres discos grabados pero no puede romper el hilo con el padre, no obstante suena perfecto, no es el padre. Despistado en un mundo donde triunfan los triunfitos, los indies, los hipster, los barbados con pantalones de pitillo y tirantes, él, rockero de altos hornos quemados, patillas y pelo malditista, no termina de encajar, como el eterno postulante, el pasante que nunca pasa, el estudiante que no aprueba, el becario de la industria, a la vejez. Pero es que ya no hay industria, pájaro. Pájaro va a las televisiones sureñas como van todos los que tienen relación con Silvio, su hijo de verdad, por ejemplo, un colgado que va por ahí con una banda por todo el mundo, y como él, al menos en el sur, jamás se va a quitar el sambenito de el que tocó con, el hijo de, el músico de. Y sale otra vez Johnny Thunders, ya que el pájaro colecciona malditos. Sale porque le molaba, como a mí, como a Carlos Zanon, que no fue Johnny Thunders, ni lo será nunca. El listillo de Jesús Vigorra, que antes tenía un programa de libros muy bueno pero que se lo quitaron porque no pegaba saltos ni lo presentaba como aplauso, (se pensaba que esto es Francia), le pregunta por el Tunders, (que por supuesto no tiene ni puta idea de quién es, él a sus libros) y Pájaro le corrige, Thunders, es decir, Zanders, y se disculpa por tener querencia por ese lado, el de los perdedores, cómo no. Pero quiere ser un ganador, es decir, un superviviente, aspira al menos a grabar discos de vez en cuando, a editar vinilos, con su portada y todo, a vivir de su música. Vigorra dice que hay que comprar su disco, no descargárselo. Tranquilo Vigorra, su disco no se puede descargar, no está. Cuando tu disco se puede descargar ilícitamente es signo de que ya has triunfado por todo lo alto. Y que tienes muchos conciertos, y que te puedes pasar con todo. Rock and roll. Es que no te enteras, Vigorra.

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