PENAL Y GOL, ES GOL

Jorge / Colipe / Deportes@elalmeria.es

Pongamos que hablo del Madrid

Allá donde se cruzan los caminos, donde el mar no se puede concebir, donde regresa siempre el fugitivo...

SI algo le faltaba al Barcelona para terminar la temporada, era ser humillado por el eterno rival. La impresión para quien vio el partido, fue la de un equipo -el Madrid- que para festejar el título, había invitado a otro -el Barça- de menor categoría y que fuera su partenaire. A los 15 minutos de comenzar el encuentro, lo mejor que le podía pasar a los culé, era que el match finalizara 2 a 0. Abulia, apatía, resignación, más la inseguridad que transmitían Valdés y toda la defensa, hacían que el poco amor propio de Messi y algún otro de la cantera, no fueran suficientes para interrumpir el paseo merengue. El estadio fue completamente blanco por dentro y por fuera, y de habérselo propuesto el campeón, podría haber sido una goleada histórica. El Madrid, sacó a relucir, lo que pocas veces a lo largo de la liga; jugó, apretó, corrió, y hasta pareció un equipo lujoso. Mientras el Barça se deshacía en un encuentro al que le sobraron 75 minutos, asumiendo el anunciado "cerrado por derribo", que necesariamente mal y tarde tendrá que llevarse a cabo. El Madrid se regodeaba sobre el cadáver de su adversario que a lo largo de la temporada ha dado pocos signos de resurrección, aún habiendo goleado a otro muerto en vida, como es el Valencia, la pasada semana. Así las cosas, mientras en la directiva sigue jugando a los "Chicago Boys", y Laporta actúa como si ya fuera un parlamentario, se le ha encargado al otrora gran Guardiola, que traduzca desde el costado de la cancha, la sabiduría que demostraba dentro. Al Barça y al Madrid le sobran las fechas que quedan porque su liga ha finalizado, ahora falta dirimir como terminan los subcampeonatos, la Champions, la UEFA, la permanencia y el descenso, porque aunque no se diga, esos campeonatos también se juegan. Por lo pronto, una vez más, y ya son 31, éste, se queda allá donde se cruzan los caminos, donde el mar no se puede concebir, donde regresa siempre el fugitivo…. Pongamos que hablo del Madrid.

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