Carta del Director/Luz de cobre

Primarias del PSOE, democracia, familias y ruptura

El proceso de primarias es un ejercicio de democracia plena, pero dejará muchas heridas abiertas cuando concluya

Elegir al secretario general de los socialistas en un proceso de primarias es un ejercicio de democracia plena. Dar la voz a los casi cinco mil militantes que este partido tiene en la provincia supone un hito y, como tal, hay que valorarlo y aplaudirlo. El día 1 de octubre la masa social de este histórico partido está llamada a elegir a quién dirigirá sus destinos a lo largo de cuatro años. Antes, claro, los aspirantes han tenido que ganarse, con los avales de los militantes, el derecho a participar en la elección. El reto para los tres -Sánchez Teruel, Pérez Navas y López Olmo- no es baladí. Lograr mil apoyos es una tarea compleja, aunque unos lo tendrán más fácil que otros. Habrá que esperar hasta el 16 de octubre para quienes se quedan en el camino. El programa con el que pretenden convencer a los militantes es bastante similar, sin entrar en grandes profundidades, aunque cada uno tiene sus matices. Pero aquí no se dirimen proyectos, como puede ocurrir a nivel nacional o regional. En las provincias se avanza un paso más. Aquí es una lucha de familias. Aquí es una batalla -desconozco lo cruenta que podrá ser- por la supremacía de unos contra otros. De apellidos que han venido gobernando el socialismo de esta tierra durante los últimos treinta años, con demasiadas cuentas pendientes, con odios y amores no olvidados y con excesivas ganas de "vendetta" en grupos y personales, que dejará muchas, quizá excesivas, heridas abiertas en la ya maltrecha salud de un partido histórico.

Pero no se alarmen en exceso. Cuando el proceso concluya llegará el "Betadine" en forma de promesas y, a medida que se vayan cumpliendo, la irreal normalidad se instaurará y hasta el siguiente cónclave.

En el camino, no obstante, quedarán más muertos y heridos de los necesarios. Y es que el enemigo siempre está en casa. Se imaginan lo que puede ser un partido roto a jirones presentándose a las elecciones municipales que están a la vuelta de la esquina. Cuántos de los perdedores serán capaz de cerrar los ojos y echar una mano a aquellos que de verdad se la juegan en las urnas. Conocer la historia es el mejor antídoto contra la repetición de errores pasados. Pero si por el capricho de las urnas el elegido no tiene la mejor de las relaciones con el regional, nos podemos encontrar con una situación ya vivida durante las disputas que padecieron durante años los guerristas, en el poder, contra los renovadores, que pretendían arrebatárselo. Antológicos fueron los desplantes que el entonces presidente de la Junta hacía al socialismo provincial, en manos de José Antonio Amate, nombrándole delegados sin previo aviso y condenándolo al ostracismo más cruel cuando algún cargo público llegaba a Almería y ni siquiera se le comunicaba su presencia. ¿Habrán aprendido algo desde entonces para no repetir errores?

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