DIJOo un sabio que el triunfo de la inteligencia personal es la felicidad. Suena bien ¿verdad? Los que saben de esas materias, si es que alguien sabe, añaden que el grado de inteligencia debe evaluarse en función de la capacidad de captar información y la subsiguiente habilidad para inferir utilidades o aplicarla en resolver problemas. En la elaboración de estos artículos, procuro aplicar ese proceso lógico de recolectar referencias para ofrecerles luego mis impresiones, por si le reportaran algún interés. Pero a menudo, ante la grotesca información que acopio sin poder ni explicar su génesis ni atisbar su provecho, cuanta más noticia selecciono, más sospecho que mis limitaciones intelectivas no tengan límite. Para que me entienda, en vez de conjeturar sobre este o aquel asunto, hoy les voy a hablar de las perplejidades que me suscitan algunos de esos chismes alarmantes, y fuentes contrastables, que circulan por este mundo absurdo.

En los arsenales de las potencias nucleares, existen bombas como para destruir unas 100 veces el planeta. Eso significa que de cada 100 bombas, 99 no sirven ya para nada ¿Qué justifica tanta desmesura?

Otra. Según la ONU en el mundo hay más de 1.200 millones de criaturas que viven con un dólar al día, o menos. Sin embargo en la UE se subsidia a cada vaca con dos euros diarios para que produzcan más. Y a la vez se penaliza a quién produce leche de más para que no bajen los precios ¿Es lógico, no?

Vea otra rechifla. Más del 35% de los billetes de 500 euros de la UE, casi 60.000 millones, están en España pero la mayoría fuera de los bancos. Por tanto hay que auxiliar a estos con los ahorros declarados ¿No es mejor fiscalizar los ocultos?

Y otra que aturde aún más. En USA, un 46% de la riqueza nacional está en manos del 1% de los americanos y la concentración, va en aumento. Por tanto Bush implicó casi un 30% de sus recursos públicos para que ese 1% siga concentrando riqueza ¿Ud. lo entiende? Y así, tantos y tantos otros.

Hay quien justifica cada uno de tales apuntes en sus respectivos escenarios coyunturales, pero reconocerán que resultan estrafalarios referidos a magnitudes económicas globales. Y habrá también quien piense que no nos afectan a nivel local. Pero si el vuelo de una mariposa en el Índico puede desencadenar una tormenta en Nueva York, la acumulación de tanto disparate, espanta ¿Y que hacer? Además de advertirlo y reflexionar, exigir a los políticos, que usen la inteligencia no para su lucro, sino para el provecho común. Porque el triunfo de la inteligencia social, además de aspirar a la justicia, es ya un reto de estricta supervivencia.