La tribuna

coronel / javier / soriano

El Semíramis

DEn abril de 1945, las tropas soviéticas y estadounidenses establecieron contacto directo sobre territorio alemán; el 1 de mayo las fuerzas alemanas capitulaban dando fin a la segunda guerra mundial en el teatro europeo; pero para algunos españoles esta guerra no acabaría en esa fecha. Como Nación nos hemos mantenido al margen en guerras más allá de nuestras fronteras, pero no hemos sido capaces de evitar las guerras civiles, siendo sin duda la más cruenta la del 36 en el siglo XX.

Consecuencia de esta última guerra civil, la diáspora de los exiliados se vería afectada de lleno por la segunda guerra mundial; por otra parte, la movilización por el gobierno de una división de infantería para apoyo al ejército alemán en el frente ruso, provocaría que unos españoles que se habían enfrentado en la guerra civil, volvieran a verse involucrados en otra guerra, pero en este caso bajo otras Banderas. Aun siendo neutrales, sangre española sin distinción de ideologías se derramaría sobre los campos de batalla de Europa. Nueve años después del fin de la guerra mundial, el 2 de abril de 1954, hace justo 60 años de ello, atracaba en Barcelona el SEMÍRAMIS, buque griego con bandera de conveniencia panameña trayendo a bordo a 286 repatriados de la URSS, de ellos 229 prisioneros de la división de voluntarios, y el resto algunos de los llamados "niños de la guerra", y marineros y aviadores de la república a los que las circunstancias de la guerra civil les había llevado a la URSS entre el 36 y el 39. Un puñado de españoles enfrentados en la guerra civil y luego en los campos de Europa, volvían juntos.

El no pertenecer a una de las naciones involucradas en la guerra mundial no les benefició, ya que en el caso de los divisionarios, no fueron considerados como prisioneros de guerra, y en el caso de los exiliados, un velo de desconfianza por parte soviética les llevó a muchos de ellos a compartir con los divisionarios los mismos campos de concentración.

El caso de los divisionarios es bien conocido ya que se ha escrito bastante sobre ello; de los alrededor de 47.000 soldados que sirvieron en sucesivos reemplazos en las filas de la división española de voluntarios, caerían en combate unos 4.900, unos 8.000 resultarían heridos y un número similar sufrirían congelación y enfermedades, cayendo prisioneros entre 300 y 500; de estos prisioneros regresarían los 229 del Semíramis. En el caso de los exiliados de la guerra civil, su número en la URSS ascendía a 4.221, de los que 2.982 eran "niños de la guerra", 122 educadores que acompañaron a estos niños, 157 alumnos en academias militares soviéticas y 69 marinos de los buques españoles en puertos soviéticos; el resto era personal vinculado al PCE; de estos 4.221 españoles, en el Semíramis regresarían repatriados 57.

Algunos de los exiliados repatriados pertenecían a dotaciones de buques como la del transporte "Cabo San Agustín", que partió en plena guerra civil a Odesa con misión de recoger y traer a España material de guerra en el marco de la ayuda soviética a la República, después de cargar el material en este puerto y permanecer fondeados un tiempo en el puerto militar de Sebastopol, arribaron al puerto de Feodosia donde quedaron internados hasta el final de la guerra civil. Declarada la segunda guerra mundial y confiscado el buque por los soviéticos, la desconfianza del régimen estalinista llevó a su dotación a la cárcel y de ahí a los campos de concentración, donde coincidirían con los divisionarios.

Las paradojas de la vida habían hecho posible que unos marinos enviados por la República al puerto de Odesa en un buque para cargar material de guerra, zarpasen del mismo puerto años después en otro buque compartiendo espacio con divisionarios a los que habían combatido en la guerra civil, después de coincidir y padecer con ellos el sufrimiento de los campos de concentración soviéticos.

Hubo siete repatriaciones posteriores al Semíramis entre el 56 y el 59 con un total de 2.774 personas, el 66% del total de exiliados en la URSS, seis de estas repatriaciones en el buque soviético Krim (Crimea) con puertos de destino Valencia y Castellón y la última en el buque soviético Serguei Ordjonikidze con el puerto de Almería como destino, donde llegaría en mayo del 59.

Transcurrida algo más de una década de la capitulación alemana, para estos españoles del Semíramis, Krim y Serguei Ordjonikidze terminaba la segunda guerra mundial.

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