El callejón del gato

Tontos

Y con tanto currículo falseado que está apareciendo, es preocupante la cantidad de tontos que hay en la política

Advierto que hoy me voy a permitir hacer elucubraciones personalísimas totalmente subjetivas y, por lo tanto, susceptibles de ser compartidas, o no, según el criterio de cada cual. A partir del famoso Máster de la presidenta de la comunidad de Madrid se ha levantado una polvareda en varias direcciones: la crisis en el Partido Popular con sus dos variantes, la de provocar la dimisión de Cristina Cifuentes que favorecería a Albert Rivera, o dejar paso a la moción de censura que daría lugar a un gobierno del PSOE presidido por Ángel Gabilondo; el desprestigio de la universidad pública; el negocio de los máster; o la puesta en conocimiento de la Fiscalía de unos hechos que podrían dar lugar a presuntas conductas delictivas. Pero yo no me voy a referir a cuestiones tan principales analizando el callejón sin salida en el que se halla el PP, el funcionamiento de una universidad pública, el comportamiento sospechoso de sus máximos responsables, o la comisión de presuntos delitos. Me voy a quedar en la superficie vertiendo mi opinión sobre el baile de titulaciones que se ha destapado en la clase política. Entiendo que se puede ser un buen político sin necesidad de tener estudios superiores y, de la misma manera, presumo que una persona inteligente y sin complejos no dedica su tiempo a falsear documentos que acrediten una titulación de la que carece. De hecho he conocido sujetos que no habiendo tenido la oportunidad de adquirir la formación que hubieran deseado, gozan de luces naturales suficientes para ejercer la política con acierto. En el otro extremo se hallarían quienes, habiendo tenido oportunidad de cursar estudios, no han sido capaces de hacer la "o" con un canuto, como se suele decir. Son personas acomplejadas que trapichean lo que sea necesario con tal de obtener un diploma para ponerle un marco. También se da el caso de aquellos que se lo otorgan a sí mismo adornando su currículo con unas titulaciones que no existen. Desde que se destapó el caso de la Cifuentes, están proliferando en la clase política falsas titulaciones a mogollón. También las hay que aparecen y desaparecen de los currículos según se le antoja al interesado. A lo que voy, como a mi modesto parecer adjudicarse una titulación que no se tiene lo considero una tontería, sólo puedo calificar de tontos a quienes incurren en ello. Y con tanto currículo falseado que está apareciendo, es preocupante la cantidad de tontos que hay en la política.

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