Trabajadores de fuera

Lo cierto es que alrededor del 20% de los trabajadores almerienses son extranjeros

¿o es que sólo tienen derecho los inmigrantes, que no contribuyen con la economía del país? Es fácil - y sano- escandalizarnos con esta frase. Más, no tiremos aún la primera piedra, sobre todo si no estamos en la piel de quien escribió. La línea que, a veces, nos separa de sorprendernos diciendo algo así, es tener una posición económica que permita no convivir ni con el inmigrante ni con quien lo ha dicho.

Es mejor analizar quién escribe estos comentarios, ¿Por qué han pasado a plasmarse con naturalidad en escritos dirigidos a las Administraciones? Escuchar lo hemos escuchado todos. En la terraza de un bar, en la cola del súper o lo leemos a un concejal retuitear este texto: "uno de los de Barcelona cobraba más de 2.000€ al mes y vivía en una VPO. Eh, pero nos asesinan porque son pobres y tal". El germen está y no necesita que se compruebe su veracidad.

La expresión que inicia el artículo procede de personas que alternan trabajos en puestos no cualificados y desempleo, para los que el retraso en cobrar supondría no poder hacer frente a pagos normales. Es decir, sus sueldos no les permiten ahorrar para pasar un mes. Nos vamos situando. Oficialmente la crisis ha terminado, el PIB supera al existente hace diez años. Lástima que para la felicidad completa falte por recuperar 1,7 millones de empleos. De ellos, 1,6 millones son en Construcción. Hay personas, por tanto, que no volverán a trabajar; personas que acceden a empleos temporales; sueldos bajos y necesidad de acudir a servicios públicos para recibir prestaciones. La frustración y la rabia de la gente se canalizan contra quienes están a lado o más abajo en la escala social. Guerra de pobres que deja al margen a los poderosos.

Al final, que los inmigrantes no contribuyen a la economía no es cierto. ¿Alguien piensa que un empresario contrataría a quien no necesita? Bueno si, los que aprueban subvenciones a la contratación. Pero eso es otra historia. Lo cierto es que alrededor del 20% de los trabajadores almerienses son extranjeros. Ese porcentaje está calculado sobre el total de ocupados. Incluye empleo público, donde no hay apenas extranjeros. Su presencia por tanto es determinante en el sector privado y siete de cada diez trabajan en la Agricultura. Este sector necesita mucha mano de obra trabajando a la vez durante la campaña. Por tanto, no es posible sin trabajadores "de fuera".

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