Unívoco, Análogo, equívoco

¿Es una contradicción hablar de plurinacionalidad y al mismo tiempo de una única soberanía?

Un recuerdo de mis primeros años como estudiante de filosofía se refiere a un tema cuyo sentido no terminaba de ver, pero que con el tiempo empezó a cobrar importancia y, ahora mismo, me viene de perlas para para reflexionar sobre un asunto que está en boca de todos y que, quizá precisamente por eso, es bastante vago, nebuloso, oscuro. El tema en cuestión hablaba de que las palabras pueden presentarnos graves problemas si no atendíamos a clarificar en qué sentido las utilizamos. Porque las palabras pueden tener un significado unívoco (un solo y único sentido), significados equívocos (la misma palabra puede significar cosas absolutamente diferentes), o análogos (esa palabra significa varias cosas que son diferentes pero que tienen algunos elementos en común). La mayoría de las palabras tienen significados análogos, a veces equívocos y casi nunca unívocos. Un caso paradigmático y ejemplar es la palabra "nación". Independientemente de la serie de significados que admite la RAE, el lenguaje político puede adjudicar a la palabra "nación" unos significados tan diferentes que consiguen hacer que los debates sobre el tema sean inviables, o incluso indeseables. Por ese motivo es indeseable hacer propuestas sobre "nación" y su derivado "plurinacional" sin haber mostrado antes su significado. Tal vez se pueda hablar de "realidad plurinacional", y encontrarnos con un fuerte rechazo o una adhesión sin fisuras a mi propuesta antes de llegar a sus consecuencias en la práctica; rechazo y adhesión que pueden volverse del revés en otro momento porque, cuando el proponente hablaba de "plurinacionalidad", los interlocutores tenían en su mente algo muy distinto a lo que él estaba pensando. Como consecuencia, no tenemos por qué pensar que los unos o los otros estaban equivocados; simplemente estábamos barajando palabras cuyos significados son tan análogos que en ocasiones llegan a ser equívocos. Dígase lo mismo de palabras como "soberanía", "país" o "unidad". ¿Es una contradicción interna hablar de plurinacionalidad y al mismo tiempo de una única soberanía? Puede que no lo sea, si quien habla concibe la nación casi como un conjunto folclórico, o a lo más lingüístico. Pero es más que probable que piense que se incurre en una evidente contradicción alguien que considere que una nación es algo más que una entidad configurada por la gastronomía, coros y danzas, o fiestas populares. Urge una solución.

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