Zombis en Huércal

¿Qué importa a los políticos? ¿Un evento zombi en Húercal de Almería o el descanso de los vecinos del pueblo?

Imaginemos la realidad. Supongan que deciden vivir con su familia en una zona residencial, tranquila y cerca de un parque. Hablemos, por ejemplo, de Huércal de Almería. Imaginen que el Ayuntamiento de ese municipio, corporación al completo o el concejal de turno, un día decide contratar a una empresa, o autorizar a la misma, al objeto de poner a su disposición las calles y edificios públicos del pueblo para organizar lo que llaman "Evento Zombie". Ello supone que sus participantes, al final solo unas decenas de personas, puedan proceder, completando un recorrido, a jalear, gritar, golpear portones y hacer resto de ruidos molestos durante toda una noche hasta las 5.30 de la madrugada.

Imaginen que ese mismo año usted, a las 2.30 de la madrugada, y desconociendo el origen del alboroto y "berrea" que sufre junto a su casa desde primera hora de la noche, llama a la policía local porque sus hijos despertaron en tres ocasiones por culpa del ruido "zombie". La policía, muy amable, le informa que no puede actuar por ser un evento municipal autorizado. Ya sabe, a aguantarse.

Imaginen que, al día siguiente, debido a la indignación, decide escribir al Ayuntamiento en redes sociales sobre esos hechos, que afectan a más vecinos, implorando al Consistorio comprensión para una próxima vez, rogando a su vez un poco de tranquilidad y descanso para los hijos. Imaginen que el Ayuntamiento contesta indicando que es lo que hay, porque resulta ser un "bien para el pueblo". ¿Pueblo? No, querrá decir para los asistentes al evento, el cual se celebra - por cierto- lejos de las viviendas de los servidores públicos que lo provocaron, ¿cierto? Sí, cierto. Pues imaginen también que, al año siguiente, por este año, ese mismo Ayuntamiento, por ejemplo, de Huércal de Almería, desoyendo ruegos y peticiones del año anterior, vuelve a convocar, pagar o autorizar ese "Evento Zombie". Mismo recorrido, mismo ruido, mismas molestias para vecinos y niños. Mismo todo. Y me pregunto: ¿Qué importa a los políticos? ¿La diversión de pocos en plena madrugada, con ruido y vociferando impunemente, impidiendo el descanso en la noche de los vecinos y niños del pueblo? El sentido común, la responsabilidad, diría que no, ¿verdad? Y otra pregunta: ¿Por qué los políticos no deciden soportar lo que hacen padecer a sus conciudadanos? Es que molesta, ¿verdad? Tanto como su indolencia e incomprensión. No sean zombis.

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