La buhardílla

Manuel Lucas Matheu

amores y economía

LEEMOS un titular en la prensa: aumentan un 5,4% las rupturas matrimoniales, con la salida de la crisis, según el Instituto Nacional de Estadística. Es un titular bastante acorde con la propaganda del gobierno. Ojala hubiéramos salido de la crisis. Quizás habría que hablar de una recuperación económica, que no es lo mismo. Pero fuera de este debate, lo que me interesa es, cómo los ciclos económicos influyen también sobre los amores y desamores. Cómo hasta el año 2006 los divorcios se habían disparado hasta un 360%. A partir del 2007, la caída de esta cifra fue espectacular. Está claro que el "agua y ajo", se impone en las épocas de escasez. Estas cifras dejan claro que muchas parejas viven juntas, pero no revueltas en las pasiones amorosas, sino en los conflictos, larvados por los intereses, y por la imposibilidad económica de tomar decisiones de terminarlos por la vía rápida: la ruptura. El problema es que la permanencia en esta situación conflictiva y no deseada, va poco a poco rompiendo el resto de lazos y de recuerdos conjuntos, y acumulando agravios, rencores, malestar y sentimientos de rechazo y de odio. Lo que ocurre es que muchas de esas situaciones, quizás no habrían llegado a dañar tan profundamente las relaciones de pareja, si se hubieran puesto algunos remedios y soluciones. Porque cuando el amor se muere, resucitarlo es casi imposible. Pero muchas veces, detrás de los conflictos y de los problemas que llevan a la ruptura de lazos, sigue existiendo rescoldos amorosos. Y si están ahí, se pueden reavivar. Para ello hay que abordar la resolución de los conflictos, aprendiendo a comunicarse y a negociar hábilmente, para que estos conflictos pasen de ser una continua amenaza, a ser una oportunidad. Porque los conflictos son consustanciales a la pareja. Una pareja sin conflictos, es una pareja con el electroencefalograma plano. La paz no es la ausencia de conflictos, sino la capacidad para resolverlos. Y esta capacidad hay que tenerla o adquirirla. Y desde luego no viene por ciencia infusa. Por tanto es necesaria la ayuda de un profesional. Con ellas muchas parejas no entrarían dentro de las estadísticas de divorcio, y las tasas disminuirían, sin relación con la situación económica. El problema, es que esto no suele consultarse. Muchas veces, desgraciadamente, no entra dentro de las opciones.

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