República de las Letras

Agustín Belmonte /

75 aniversario

TAL día como hoy, hace 75 años, Franco emitía el último parte la Guerra Civil Española, único que firmó en toda la contienda:

"En el día de hoy, cautivo y desarmado el ejército rojo, han alcanzado las tropas nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado. Burgos, 1º de Abril de 1939. Año de la Victoria. El Generalísimo Franco".

Y decía bien: no llegaba la paz; llegaba la victoria. La victoria había costado un millón de muertos y medio millón de exiliados. A partir de ese día comenzaba la represión, que se cobraría otras 150.000 víctimas. Era otra fase de la guerra, contra la parte de la población que había sido vencida. Una fase que, si bien decayó en intensidad desde comienzos de los años 50, tuvo vigencia toda la duración de la dictadura: poco antes de su muerte, Franco aún firmó sentencias de muerte.

Todavía hoy yacen en cunetas y fosas comunes decenas de miles de asesinados por los franquistas, cuyos restos no han sido restituidos a sus familias. Las condenas de los tribunales militares de los años 40 tampoco han sido anuladas, ni repuestos en su honor y en sus propiedades quienes fueron destituidos, expulsados de sus profesiones, cargos y dignidades y cuyos bienes fueron confiscados y robados. De que todo esto siga aún así tienen especial responsabilidad los socialistas, que han gobernado el país durante veinte años sin que hayan restituido la memoria de los represaliados y exiliados, siendo como fue el PSOE el partido que más sufrió la represión franquista. Hoy, la tímida Ley de Memoria Histórica de la época de Zapatero está vacía de contenido, al no contar con dotación económica de los Presupuestos Generales del Estado, y solo la Junta de Andalucía mantiene el espíritu que animó aquella ley, aunque no se haya atrevido a dotarla de medios ni a intervenir como parte en la localización y apertura de fosas comunes.

Releo -se ve que la edad ya solo da para relecturas- un libro de 1980 titulado "La mecánica de guerra civil. España, 1936" (Ed. Península). En él el periodista Andrés M. Kramer analizaba la compleja situación histórica de España en los años 30 y las vicisitudes que llevaron a este desgraciado país a la guerra. Y sorprende ver cómo muchas actitudes y decisiones de gobierno de la Monarquía y de la República hicieron imposible la convivencia democrática. Actitudes y decisiones que ahora, 75 años después, frecuentemente se repiten.

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