NO teníamos bastante con la prensa del corazón para que ahora salgan algunos "periodistas" deportivos a manchar un poco más nuestra imagen. Si queremos que nos tomen en serio, tenemos que predicar con el ejemplo. El rumor no es noticia y el que publica rumores está haciendo un mal ejercicio de esta bendita profesión. Y el que tenga dudas pues una vueltecita por los libros de estilo, códigos deontológicos o que se pasen por la Universidad y retiren su título de Licenciado en Ciencias de la Información antes de hacer más daño al gremio. A estas alturas de temporada, se repite la historia. Términos como maletines, tongo, amaño, compra y venta de partidos cada vez son más utilizados.

Estamos alimentando el rumor de que el deporte es corrupción, de que los profesionales son mercenarios, de que todo es mentira. Y los niños escuchan los programas, leen los periódicos y ven la tele. Y nosotros, erre que erre, entrando en el juego. ¡Qué asco! Te pones a ver un partido y lo que hace un mes era un fallo del portero ahora es un guardameta vendido, un mal despeje es un defensa que ha puesto el cazo...

Y nosotros tenemos gran parte de culpa. Con qué alegría soltamos el bulo. Trasladamos los comentarios de barra de bar al medio de comunicación con una ligereza que clama al cielo. ¿Y si hay una oveja negra, jugar contra diez garantiza el triunfo? Alguno pensará que soy ingenuo o iluso. Prefiero parecerlo que ser cómplice de esta moda. Así que el año que viene cuando falten cinco jornadas para el final de liga me voy de vacaciones. El que tenga pruebas del delito que lo denuncie y si no las tiene está más guapo calladito.