Las ciencias adelantan

En materia laboral, la sustitución de trabajadores por máquinas cambiará no solo el empleo sino la vida

En materia laboral, van a acabar como tradicionales o anticuadas las consecuencias debidas a la deslocalización o la movilidad, frente a la automatización que sustituye a trabajadores por máquinas. Incluso el aprendizaje permanente, ahora tenido como una evolución cualificada de la formación continua, y que lleva al aprendizaje a lo largo de la vida, tomará una perspectiva principalmente tecnológica, porque de esta naturaleza serán, en buena medida, los saberes, las destrezas y las habilidades más propias de los empleos futuros. Viene esto a cuento de una certeza creciente: la sustitución de los trabajos menos especializados, con tareas repetitivas y previsibles, por máquinas y robots. Panorama que podría parecer poco halagüeño, pero que se adelanta con la expectativa de una productividad y crecimiento mayores, con más altos salarios y mejor calidad de vida. Refieren los analistas de tendencias -el don de la profecía también debe de haberse reconvertido- que se llevará a cabo un masivo reciclaje de trabajadores. Y se aporta el ejemplo de los gasolineros devenidos en dependientes de las estaciones de servicio, por mor de los surtidores que saludan y agradecen el detalle de los conductores para dispensarse el combustible con los endebles guantes de plástico. Si bien, en este caso, más que automatización hay merma del servicio y no pocos conductores prefieren las gasolineras donde se atiende como debido resulta. Ejemplo más a propósito, por ello, es el de los robots hechos al análisis de datos ya no solo para grandes cometidos sino con utilidades como las de redactar las crónicas correspondientes a los partidos de fútbol. De modo que la tecnología, acaso el alma de la robótica transustanciados los chips y los algoritmos, no solo determine el mercado de trabajo y la producción de los servicios, sino que se haga compañera de casa, por doméstica y ordinaria, con el concurso del "Internet de las cosas". Acostumbrada será, por ello, la monitorización, ya habitual en los cuidados médicos pero que, a modo de muestra, permitirá que se calienten en casa solo las habitaciones donde haya personas o que el aparato del aire acondicionado elija la compañía de electricidad que ofrezca el suministro más barato en cada momento del día. Ya lo cantaba "La verbena de la Paloma": "Hoy las ciencias adelantan, que es una barbaridad", cuando el aceite de ricino comenzaba a administrarse en píldoras.

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