Me refiero al libro La desbandá de Málaga en la provincia de Almería, de Eusebio Rodríguez Padilla y Juan Fancisco Colomina Sánchez, publicado por Círculo Rojo Editorial. Se trata de una nueva perspectiva sobre la toma de Málaga por los franquistas a comienzos de febrero de 1937, plena Guerra Civil, y la huida de sus habitantes apenas horas antes, vista desde la llegada a Almería de tan ingente masa de ancianos, mujeres y niños que doblaba en número a los habitantes de nuestra ciudad. Y sus consecuencias: problemas de subsistencias, sanitarios, de cobijo y habitación, de transporte y, sobre todo, humanos. ¡Cuántos niños llegaron solos! ¡Cuántos nacieron en el camino! ¡Cuánta hambre pasaron y cuánta causaron en la ciudad de acogida, una pequeña ciudad de la retaguardia en la que hasta entonces no se habían conocido las carencias y carestías que la presencia de "los malagueños" ocasionó a partir de su llegada y que se prolongaron ya hasta el final de la contienda! Mi amigo Eusebio, doctor en Historia Contemporánea y especialista en justicia militar de guerra y posguerra, tiene en su haber numerosas publicaciones de investigación sobre la represión franquista y el fenómeno guerrillero, obras que son un referente y de consulta indispensable a la hora de historiar esa tan oscura época de España. Así mismo, Juan Francisco Colomina, doctorando en Historia Contemporánea, es investigador del exilio republicano, los campos de concentración y de trabajo en que los españoles fueron recluidos tras su paso de los Pirineos y la represión de la masonería. Ambos realizan en esta obra primero la narración de los prolegómenos de la toma de Málaga y el inicio de la Desbandá, desarrollan luego los avatares de esos trágicos doscientos veinte kilómetros que tuvieron que recorrer a pie aquellos desgraciados entre los ataques de los barcos y aviones facciosos, el hambre, el agotamiento físico, las enfermedades y, muchos, la muerte, hasta su llegada a aquella Almería pobre, olvidada y dramáticamente lejana, de unos cincuenta mil habitantes, en la que se les acogió como se pudo. Y estudian, finalmente, el destino de muchos de ellos, que fueron trasladados o huyeron por sí mismos a otras partes de España o de la provincia. El libro es un documento de primer orden y una impagable contribución al conocimiento de nuestra Guerra Civil. Enhorabuena a ambos y al editor, Alberto Cerezuela.