Las empresas de Almería

Aún existe un 7% menos de empresarios persona física que hace diez años, pero la recuperación avanza

Cuando se habla del empleo, lo habitual es fijarse en el trabajador. Pero para trabajar necesitas dónde. Demos, pues, una mirada a las empresas. En comparación con 2008, el tejido empresarial almeriense ha mermado un 6,2%. Ya sabemos que a partir de ese año pasaron cosas, no nos regodeemos en la desgracia. Durante unos años, hasta 2014 incluido, fue tremendo. Desaparecieron el 12% de las empresas. En el caso de los empresarios personas físicas, los autónomos, bajaron en un 18%. Así las cosas, no puede negarse que, al menos en cifras, la recuperación avanza. Aún existe un 7% menos de empresarios persona física que hace diez años, y ese 6% menos de empresas en general, pero son tres años consecutivos de mejoría. No está cambiando sólo el número, también aunque pase más desapercibido, el tipo. El empresario persona física es, sin duda, la figura empresarial más importante. Pero ojo, si a principio de siglo eran casi el 70% de las empresas, su número iba en descenso ya antes de la crisis y, claro, continuó durante ella. Ahora, aunque son menos que en 2008, lo cierto es que respecto al total de empresas su porcentaje es similar. El peso del empresario agrícola es indudable. Pero ya ven, hay otras formas empresariales que van aumentando. Una es la sociedad limitada que, en muchos casos no es sino una persona física porque es una sociedad unipersonal. Y, vaya, hay una figura, las asociaciones que es la única que ha subido en esta década. Casi un 14%, así que empieza a notarse la faceta empresarial de las asociaciones y ONGs.

Pero no sólo el número de empresas es importante. Lo es, y mucho, el tamaño. Hasta la crisis, bajaba el porcentaje de empresas que no tenían ningún trabajador, mientras aumentaban las medianas y grandes, las de más de 50 trabajadores. Al iniciarse la crisis el 47% de las empresas no tenían asalariados. Eran cerca de 21.000. El paro y el oscuro panorama impulsó un autoempleo que unos llamarán emprendimiento y otros subsistencia. Fueron los únicos que aumentaron. En 2012, el peor momento de la crisis, había 1.000 más. La recuperación ha reducido su número. Pero, en cualquier caso, el 80% de las empresas almerienses tienen o ningún trabajador o cómo máximo dos. El reto, y la necesidad, es incrementar el tamaño para hacerlas más competitivas y más resistentes. Dice el Gobierno que tiene un plan para fomentarlo. Veremos.

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