CADA temporada los equipos de fútbol se refuerzan para afrontar la próxima campaña liguera y, del mismo modo, las marcas textiles se esmeran en buscar caras conocidas que refuercen la venta de sus nuevas colecciones.

Así fue como Mango fichó como diseñadoras a las hermanas Cruz, Elizabeth Hurley y Milla Jovovich. H&M también se sumó a esta nueva tendencia invitando a Madonna y a Kylie Minogue a dibujar sus propios figurines y hasta emperatrices de la pasarela como Kate Moss -que hace lo propio para Topshop- han sabido aprovechar el tirón de esta 'fiebre de las celebrities'.

De todas estas colecciones de famosos podría hacerse una clasificación sencilla: están las artistas que promocionan ropa que les gustaría llevar, las que copian su propio vestuario y las que prestan su imagen a una marca. Quizás Pe y Mo sean de estas últimas, ¿o a caso se imaginan ustedes a la mayor de las Cruz luciendo un modelito de su línea Red Carpet en los Oscar ? ¡No señor! Ella se planta un palabra de honor firmado por Versace y los trajes de noche de Mango, que se queden para el resto de las mortales.

En cualquier caso, a los modistos consagrados no les hace demasiada ilusión eso de que las famosas les quiten el trabajo. Una cosa es que creadores estrella como Karl Lagerfeld hagan colecciones para tiendas baratas y otra que actrices o modelos se apunten el sobrenombre de "diseñadoras", junto al de su verdadera profesión.

Victorio y Lucchino declararon en una entrevista a este periódico que les parecía negativo este concepto que se está generando del 'creador de temporada', "porque la moda no es algo para tomarse a la ligera", me comentaban al hilo de este fenómeno.

Como muy bien lo describió Alexander Mcqueen, en este tipo de colecciones, la atención se dirige al diseñador, no a la ropa, que es lo que debería tener protagonismo. Pero lo cierto es que las líneas de famosas están ahí y seguro que tienen más público del que creemos.