Luz de cobre

Antonio Lao

El futuro del tomate

LA defensa numantina que las comunidades autónomas productoras, lideradas por Andalucía, han iniciado del cultivo de tomate frente a la competencia marroquí y la permisividad de la Unión Europea, debe ser el germen sobre el que se asiente el futuro de la agricultura de esta tierra, puesta en duda en más ocasiones de las que desearíamos todos.

A estas alturas, a nadie se le escapa que Marruecos viene 'colocando' en el mercado comunitario muchas más toneladas de las que contempla el acuerdo firmado entre la Unión y el país magrebí. Todo ello con la permisividad de las autoridades comunitarias, especialmente de los países del norte, muy interesados en pagar menos por los productos que consumen. Entre los gobernantes españoles tampoco se han rasgado las vestiduras. La mayoría de las exportaciones pasan por puertos españoles y se ha hecho, digamos la vista gorda, entendiendo que el daño que se le hacía a la agricultura de esta provincia era tolerable, por usar un adjetivo benévolo.

La situación de crisis por la que atravesamos hace más vulnerable al sector tomatero, por lo que se abunda en la necesidad de controlar de forma real la entrada de productos marroquíes. Parece humano y comprensible, aunque en la sociedad global que nos ha tocado vivir todo lo que sea poner puertas al campo va en detrimento nuestro.

Dicho esto, si parece razonable que se luche hasta la extenuación para "ablandar" a las mentes pensantes de la UE, -muchas de ellas no han visto un invernadero ni en fotografía- para que tengan en cuenta las posibles pérdidas de los productores y las compensen en forma de ayudas. A partir de ahí el futuro es nuestro. Somos nosotros los que debemos producir a costes más bajos; son los agricultores los que deben poner en el mercado el producto de la mejor calidad y con las mayores garantías y son los pequeños empresarios los que tienen que buscar la calidad para hacer frente a la fuerza que países emergentes ya tienen. Pez que no nada se lo lleva la corriente y los almerienses no hemos llegado donde estamos porque hayamos permanecido impasibles ante las adverdidades, siempre las hemos vencido con ideas y proyectos.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios