La gilipollez del bienestar

Vivimos tan bien hoy que la inteligencia desarrollada desde el Neandertal se atrofia por momentos

Me gustaría preguntarles si alguna vez han tenido la idea de abrasarse la piel de su cuerpo con hielo y sal durante casi media hora. O si en cierta ocasión decidieron echarse sobre la cabeza un recipiente de agua hirviendo. O si puede que se vieran involucrados voluntariamente en un juego en el que otra persona le instigara a hacerse daño hasta encontrar la muerte. Esas absurdeces, fuera de todo raciocinio humano, ahora pretenden ser los juegos de moda entre nuestra juventud, y en muchas ocasiones, más de las que nos creemos, lo consigue. Para ello solo les ha bastado asignar un nombre llamativo a esa idiotez, normalmente en inglés -"hot water challenge", "blue whale challenge", etc.-, colgarlo en las redes sociales y esperar a que ingenuos y cabezas huecas queden atrapados en esa telaraña de la estupidez. Aunque, más que estúpido, a esto lo catalogaría de gilipollez del bienestar. Ejemplo. Ahora parece que están descubriendo las Américas con el nombrado "housing", es decir, lo que toda la vida ha sido quedarse en casa descansando.

Y reflexiono yo, ¿cómo hemos llegado hasta aquí? ¿la evolución humana realmente consiste en nuestra auto aniquilación a través de la involución cognitiva? ¿la falta de valores en la actualidad, o su máxima degradación, es un síntoma de ese mal? ¿cómo puede ser que, en el momento de nuestra historia en que mayor acceso al conocimiento tenemos, podamos llegar a ser tan idiotas e ignorantes? Alcanzo la misma conclusión. La gilipollez del bienestar.

Vivimos tan bien hoy que la inteligencia desarrollada desde el Neandertal se atrofia por momentos. No existen esas necesidades básicas del ser humano, no hace falta sobrevivir y superarse en el entorno, compitiendo y huyendo de males. Lo tenemos todo hecho, nos lo dan todo hecho. Y si no, nos lo subvencionan. Al menos a muchos, aquellos que son pasto de esa gilipollez imperante y preocupantemente parasitaria, esos que no saben reconocer la bonanza que consiguieron para nosotros otros que murieron para dárnosla. Y, ¿cómo se lo agradecemos? Ninguneando su legado, mancillando su memoria, ignorando miserablemente su sacrificio. Estos días me pregunto si los preocupantes y penosos hechos que acontecen en Cataluña no es también síntoma de esa gilipollez del bienestar. Diría que sí. Un "gilipolling challenge".

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