A CABAN de finalizar un par de intensas semanas en las que hemos celebrado tres cursos diferentes de Extensión Universitaria. Sesiones de análisis y debate que han servido para abordar asuntos tan dispares como la gestión del agua, el urbanismo o la ciencia y sus aplicaciones. El resultado no ha podido ser más positivo por muchas razones: primero, por la magnífica oferta formativa que se ha presentado, con ponentes de muy alto nivel y la participación de centenares de alumnos; después, porque estos cursos vienen a cumplir con un propósito que para nosotros es fundamental, el de trasladar la Universidad fuera del campus, llevar el conocimiento a distintas localidades y comarcas de la provincia y compartirlo con los ciudadanos.

En un momento de cambio como el actual, nuestra búsqueda ha de ser la búsqueda de una Universidad abierta a los jóvenes y también a aquellos que a lo largo de su vida quieren seguir aprendiendo, porque la aparición de nuevos perfiles profesionales y los cambios en la cualificación requerida para los puestos de trabajo están generando una creciente demanda de formación continua y de postgrado que ha de ser adecuadamente atendida. Nuestra institución académica tiene que estar abierta, pues, a las demandas de la sociedad y a las demandas de las empresas, que necesitan el conocimiento que las instituciones universitarias generan para mejorar su competitividad mediante la innovación. Y tiene que estar abierta al debate de cuantos asuntos interesen y preocupen a los ciudadanos porque como institución de servicio público, nos debemos a la sociedad y a sus requerimientos, puesto que son los ciudadanos quienes nos financian con sus impuestos.

La educación, la formación, la ciencia, la investigación, la cultura, la innovación, el desarrollo, son los pilares sobre los que se debe construir y constituir el nuevo modelo social basado en el conocimiento. Porque sin educación no hay modernidad, sin educación no hay cohesión social, sin educación no hay garantías de futuro para una sociedad.

Y a partir de ahí es donde se hace imprescindible la labor de la Extensión Universitaria. Si el conocimiento y la educación son la única vía de resolución de los problemas que tenemos planteados, no es menos cierto que si el saber no se proyecta en su vida fuera de la institución, no sirve para nada. Ese es el verdadero interés que tienen estos cursos que acabamos de celebrar, llevar el conocimiento más allá de las aulas universitarias y compartirlo con los almerienses. Cursos que, además, han demostrado ser ejemplo de integración de esfuerzos, recursos e ideas por parte de todas las instituciones que han participado. Vaya desde aquí mi especial agradecimiento a todas ellas.