La tapia del manicomio

El león Rodolfo

El insigne mandatario ha culpado al turismo gay porque dice que los animales han copiado de los humanos

Los que ya no peinan ni canas seguro que se acuerdan de Mari Carmen y sus muñecos, entre los que estaba un león "distraído", como les decía Chano Lobato a los que eran lo que hoy se dice gay. Y ahora resulta que Rodolfo, el muñeco de la ventrílocua, fue un antecedente de lo que ha ocurrido estos días en el parque natural Masai Mara de Kenia. Donde un fotógrafo ha captado a dos leones machos, uno encima del otro, se supone que "tabicando". Lo cual ha preocupado mucho a las autoridades del país y el escándalo ha llegado a las más altas esferas. Va en contra, según el Ministerio de Deportes y Cultura, de "los valores nacionales". Y ya se sabe que el Estado tiene que proteger a los más pequeños de "contenidos dañinos", porque "los niños deben recibir la información adecuada de que la familia consiste en la unión entre personas de sexo opuesto". Han afirmado que "ningún programa infantil con contenido gay se emitirá en el país".

El jefe de la censura, Ezekiel Mutua, está pensando en llevar a los leones al siquiatra (o a algún sitio peor), igual que hacen con los humanos homosexuales, ya que "ambos necesitarían terapia, porque los animales no ven películas". El insigne mandatario ha culpado al turismo gay porque dice que los animales han copiado de los humanos, concretamente de "los comportamientos de parejas del mismo sexo" y opina que estos leones deben estar poseídos por "fuerzas demoníacas" ya que "los demonios no sólo poseen a las personas".

Nunca imaginamos que los animales tuvieran un cerebro tan desarrollado o más que el hombre, como dicen los animalistas, pero este hecho demuestra que sí y Mutua les da la razón. Desde luego, hay que ser cipote para decir que una conducta extendida en casi todas las especies animales, en este caso sea consecuencia de que dos leones han visto a dos hombres haciendo el amor en mitad de la selva de Kenia.

En principio, queda un poco raro que dos turistas prefirieran fornicar en medio de la selva y rodeados de fieras corrupias, en vez de en los magníficos hoteles que hay en los alrededores de los parques.

Y en medio de estos problemones, Artur Mas está en "modo Lola Flores", eso sí, actualizado por la inflación: Lola pedía una peseta por persona y don Artur pide 1,71 euros por indepe.

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