CONTRACORRIENTE

Tito Sánchez Núñez / Asanchezn@elalmeria.es

Las (malditas) lesiones

Es el peor miedo de los deportistas, porque te pueden dejar fuera de una final o una cita por la que has luchado

LAS lesiones son el peor miedo de todos los deportistas. El temor a perderte una final o una cita importante, ya sea por una lesión minúscula o por una de larga duración, es tremendo. Pero son cosas que forman parte del juego, como lo son los goles, las canastas o los puntos, las asistencias o los árbitros.

Yo, personalmente, siempre tuve mala suerte con las lesiones. En mis años de jugador de basket, era un jugador alto, delgado y debilucho (hoy día lo sigo siendo). Tenía altura para jugar de pívot, pero no fuerza. Tenía técnica para jugar por fuera, pero no velocidad. Así que jugaba de base, alero o pívot en función del rival. Principalmente, de alero. Siempre jugaba penetraciones por la línea de fondo o lanzamientos exteriores. Igual hacía 0 de 6 en triples que 11 de 12 (como Toni Kukoc en un partido junior del 86). Tampoco era muy bueno. Sólo cumplía con mi rol. Y me llegó una lesión de rodilla que me tuvo tres meses K.O. Ese año teníamos el sector y apuré la recuperación para poder jugar. No quería perderme aquello por lo que habíamos luchado toda la temporada. Quizás correr para estar no fue tan acertado. Porque sí, jugué ese sector, sin estar siquiera a un 60%. Pero, por forzar, al poco ya no podía seguir el ritmo de entrenamientos y tuve que dejar de jugar y pasarme al banquillo.

Precipitarse es correr el riesgo de recaer y que una lesión se complique y te lleve a cojear para toda la vida. Que no se cure bien y la arrastres para siempre. A todos nos gusta estar en las grandes citas, pero hay que saber que más allá sigue habiendo cosas. Seguro que a Iniesta le hubiera gustado jugar la final del Mundialito, pero no arriesgaron. O a Pau Gasol la final del Mundial de basket donde España fue campeona. Conozco a una chica que quería jugar el Campeonato de España con la Selección Andaluza, había trabajado para ello, lo había merecido y estaba a un paso de cumplir ese sueño. Se lesionó en la espalda. Quiso forzar para terminar de ganarse el puesto. Y, al final, esa lesión le impedirá estar. Sólo puedo darte ánimos, chiquitaja.

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