La buhardilla

Manuel Lucas Matheu

La manía de medirlo

EN un estudio publicado en The Journal of Sexual Medicine, por los sexólogos Eric W. Corty y Jenay M. Guardiani, en 2008, con entrevistas a los sexoterapeutas de la Society for Sex Therapy and Research in the United States and Canada, valorando su experiencia sobre la satisfacción sexual, según la "latencia eyaculatoria intravaginal", es decir, el periodo transcurrido entre el comienzo del coito y la eyaculación. Los expertos calificaron el tiempo para la latencia en "adecuado", "deseable", "demasiado corto" y "demasiado largo". De acuerdo con las respuestas de los especialistas, si el coito dura entre uno y dos minutos es considerado "demasiado corto".

El que se prolonga por entre tres y siete minutos es "adecuado"; el que se sostiene entre siete y trece minutos es el "deseable" y, si la penetración dura entre diez y treinta minutos, es considerada "demasiado larga". Esta valoración es la consecuencia lógica de una cultura, que limita las relaciones sexuales al coito, y claro, lo que dura el coito es lo que duran las relaciones sexuales, en esta reducida visión de la sexualidad. Y ya veo yo, con el reloj en la mano a algunos para no quedarse cortos, ni resultar demasiado pesados o aburridos, durante el coito. Me preguntaba porqué me aburren muchas películas porno, que duran más de 13 minutos. Y ahora lo sé. Claro que si dedicáramos más tiempo a la piel, a lo mejor no nos aburriríamos repitiendo siempre lo mismo. No me cansaré de reiterarlo. Este mes, también en The Journal of Sexual Medicine, se publica un artículo de Norma Katharina Ruppen-Greeff y otros autores, What is a Good Looking Penis? se vuelve con otra medida, volviendo el eterno debate sobre la importancia del tamaño del pene. El estudio se hizo con 105 mujeres, que valoraron 8 diferentes aspectos, referidos entre otros, al grosor, la longitud, el aspecto y la estética, del pene. Pues bien, la longitud, que tanto nos preocupa a los hombres, quedó en sexto lugar, y el grosor en tercera posición, quedando en primer lugar la estética general del pene, y en segundo, el vello púbico. Es decir, que parece cierto, eso de que más vale calidad que cantidad. Mejor, belleza que calidad. Y puestos a cantidades, mejor grosor que longitud. ¡Ay!, la manía por medir la sexualidad. El tamaño del pene. La "eyaculación precoz". El periodo de estancia del pene en la vagina. Y eso equiparado a la duración de las relaciones sexuales. Y ahora la estética del pene. Los metrosexuales a cavilar.

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