La otra mejilla

"¿No es heroicidad plantar cara al sistema sabiendo que el triunfo o la derrota en la batalla no es el final?"

Contra Roma y el Sanedrín sólo te queda poner la otra mejilla. Esta actitud tiene pocos seguidores. Algunos, la mayoría, pretendemos alcanzar el poder para acabar con la injusticia. "Porque nosotros somos los justos". No comprendemos que la objeción a la injusticia sólo es radical si va a la raíz, y el sistema eso sólo nos lo va a permitir pasando por la cárcel una buena temporada, más o menos larga. Hoy en día somos modernos para cualquier actividad crítica frente al otro. Si de autocrítica se habla, el listón ya lo bajamos hasta el suelo. ¿Por qué en un partido de fútbol entre chiquillos, los padres somos capaces de liarnos a hostias a brazo partido? ¿Acaso ahí no descubrimos claramente que es "la otra mejilla" quien da una respuesta radical a Roma y al Sanedrín? ¿No comprendemos acaso que la ira, uno de los siete pecados capitales, es una de las patas sobre las que el sistema radica? ¿No nos damos cuenta que sólo podemos luchar contra el sistema si lo hacemos inutilizando sus armas? Pero es humano: si a mi hijo, futura estrella de los estadios, le hacen una entrada fuerte, ¡yo seré el primero en potenciarle que responda devolviendo la entrada más fuerte! Y si es el padre de un contrario quien lo insulta, "¡ya verás tú como yo lo pongo en su sitio!".

No hemos nacido para ser héroes, ¿o sí? ¿Acaso no es heroicidad plantar cara al sistema sabiendo que el triunfo o la derrota en la batalla no es el final de ninguna guerra? La necesidad de beneficios inmediatos es muy importante, pero no es lo más importante. Que la gallina ponga huevos de oro es muy importante, pero hay algo más importante aún: ¡que la gallina no se nos muera! ¡Que siga poniendo huevos, por Dios! Y eso sólo se consigue respetando los procesos avícolas; tal vez acelerándolos, para que las grandes marcas hagan caja más rápido, pero nunca saltándonoslos. Y es que no podemos saltar nunca los unos sobre los otros: el prójimo no existe para mi realización personal al saltar por encima de él. La persona que veo frente a mí, sólo me hace más persona en la medida en la que yo colaboro en su propio crecimiento. Y eso no incluye liarme a hostias con ella, por ningún motivo. "Si alguien pretende quitarte la túnica, dale también tu capa. Y si te pide andar con él mil pasos, camina dos mil". El mensaje de mi amigo Jesús es muy radical. Por eso lo mataron. Por eso resucitó. Tú no vayas a tomártelo en serio.

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