La montaña mágica

Un buitre le picoteó la carne y murió antes de que Subotai pudiera rescatarle con vida

Yo he estado en la montaña del poder en busca del acero. Antes, en la era hyboria, hace treinta y cinco años, fue el camino de la ascensión hasta el templo de Thulsa Doom. Se va por una salida de la autovía A-7 en la provincia de Almería, después de la salida de Vícar-La Mojonera. Yendo hacia el norte se pasa por carreteras de invernaderos hasta que se llega a un camino rural que lleva justo a la base de la montaña, que ahora es el Peñón de Bernal. El ascenso a la montaña no es fácil, no hay un sendero, no hay un camino fácil de encontrar y conforme subes, la ladera se hace más empinada, más abrupta y más resbaladiza. La montaña está sembrada de rocas sueltas y árboles y vista desde abajo parece inconquistable pero en la era hyboria, en 1981, miles de peregrinos vestidos con túnica blanca, capucha y lazo de color naranja, la subieron en hilera hasta llegar a la escalera por donde se sube al templo. Allí fue donde Conan, el cimerio, robó la túnica a un peregrino y quiso subir la escalera para robar la joya más preciada. Allí vio el infinito en un estanque de agua y allí mostró el símbolo de la serpiente, la serpiente verde, pero le descubrieron y le torturaron. Y finalmente le crucificaron en el árbol del infortunio. Un buitre le picoteó la carne y murió antes de que Subotai pudiera rescatarle con vida. Pero después, amortajado y preparado para que se lo llevaran los espíritus, resistió a la noche y los espíritus no pudieron llevárselo. Y volvió a ser fuerte y a manejar con destreza el acero, el acero que no es nada sin la mano que lo maneja. También volvió a la montaña del poder por el camino sinuoso y entró en el templo llevándose la joya más preciada. Y entabló dura batalla porque las huestes de Thulsa Doom habían visto su fuego y querían su joya. Venció y volvió a la montaña del poder y esta vez subió a todo lo alto y desde allí cortó la cabeza a Thulsa Doom y quemó para siempre la escalera. Ahora hay que buscar el camino de nuevo a través de los árboles y las piedras para encontrar los restos de su hazaña. Hay que subir por una ladera escarpada en vez de por un sendero llano y buscar el lugar donde estuvo la escalera que daba entrada al templo. Y Una vez que se encuentre tal vez no quedé nada, tal vez no haya el más mínimo vestigio de lo que sin duda existió. Sólo sabemos que Conan El Cimerio fue rey y reinó durante siglos. En Aquilonia, Estigia, Zamora.

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