Lo natural y lo no natural

Lo poco natural, es el encasillamiento, y mucho menos la uniformidad, en la que muchos se empeñan

Ya hay documentada actividad homosexual en 450 especies animales. Estamos cansados de oír, eso tan manido de que lo natural y lo no natural, determina que algo sea bueno o malo. Claro, si los animales (los demás), también practican la homosexualidad, ¿es que eso es natural? ¿Y si no? Lo natural no es sinónimo de bueno. Un huracán es natural. Ni lo contrario es sinónimo de malo. Un quirófano, que no es nada natural, salva muchas vidas. Y, por otro lado, dudo mucho que muchas conductas animales, sean realmente homosexuales. Incluso entre los humanos existen conductas que pueden, a pesar de lo que parecen, no son producto de la homosexualidad. Por ejemplo, entre los Sambia de Nueva Guinea los jóvenes son instruidos sobre el peligro que suponen las mujeres y las relaciones heterosexuales, que incluso podrían causar la muerte. El principal ingrediente de la iniciación, son las felaciones que los jóvenes han de hacer a los adultos, para que el semen entre en sus cuerpos, con el fin de fortalecerlos y masculinizarlos. El matrimonio acaba con la vida "homosexual" del joven, ya que una vez que su pene ha penetrado en una vagina, se considera contaminado y por tanto peligroso para cualquier hombre que lo toque. Curiosamente después 10 a 15 años de una exclusiva actividad homosexual realizada por 100% de la población masculina Sambia, la incidencia de orientación homosexual en los adultos es sólo del 5%, como la de la sociedad occidental. ¿Dónde quedan aquí los condicionamientos, tan manidos, para enfocar la homosexualidad? La homosexualidad tiene que ver con la orientación del deseo, y no con las conductas, aunque muchas veces coincidan. Es importante que vayamos poco a poco clarificando todos estos aspectos de la profunda diversidad sexual que nos concierne. Y clarificando, no precisamente para encasillar, como últimamente está de moda, sino por todo lo contrario. Porque esa profunda diversidad sexual, hace imposible el encasillamiento. Decía que lo natural o lo no natural, por mucho que se utilice de esta manera, no es sinónimo de bueno o de malo. Dicho esto, podemos afirmar sin ningún género de dudas, que la diversidad sexual está inscrita de forma indeleble en nuestra propia naturaleza como humanos. Hasta tal punto que esa diversidad sexual, no es que sea un derecho, sino un hecho científicamente incontestable. Hasta tal punto, que todas las personas somos sexuadas, sexuales y eróticas, de forma única e irrepetible. Por tanto, el encasillamiento es hartamente complicado y ficticio. Es decir que lo natural es la diversidad sexual. Lo poco natural, es el encasillamiento, y mucho menos la uniformidad, en la que muchos se empeñan.

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