LA salida de José Luis Aguilar del Ayuntamiento de Almería ha permitido al alcalde, Luis Rogelio Rodríguez Comendador, situar el Gobierno municipal allí donde quería desde hace años. Tres nombres destacan sobre el resto en la remodelación, que el primer edil daba a conocer ayer y que han sido guardados con celo y silencio sepulcral, para evitar filtraciones. Los bautizados como "Los Niños" se han hecho mayores de golpe y van a copar, bajo la batuta del alcalde, el trabajo diario. La llegada de Javier Aureliano a la concejalía de Alcaldía supone la apuesta definitiva del Partido Popular de Almería por la renovación y por el futuro de un político joven, pero ya hecho. Le aguardan todavía grandes cosas dentro de esta fuerza política, si sigue aunando las cualidades de las que ha hecho gala hasta ahora. Pablo Venzal, nuevo portavoz, está consolidado desde hace años. Sabe de su fuerza y la aprovecha con tacto la mayor parte de las veces. Tensa la cuerda, pero siempre evita que se rompa. Francisco Amizián sigue sumando en el PP. Incansable, va a dirigir la gran área de Obras Públicas de Almería y servicios. Desde su concejalía tiene que producirse la verdadera transformación de la capital en los próximos cuatro años. El reto es ingente y hermoso, aunque las posibilidades de no llegar a tiempo lo pueden situar en el ojo del huracán. El reparto del resto de concejalías es previsible. La experiencia de María Muñiz llega a Personal; Rosario Soto mantiene su poder en el área social y la nueva edil, María Vázquez, lidiará con el Turismo, un sector que conoce a la perfección . La vuelta de Rebeca Gómez a la gestión municipal, con el área de Empleo, es una nueva oportunidad para la edil. Ha pasado un purgatorio de casi un año en la Diputación y ahora tiene por delante tres para mostrar su valía como política y su capacidad de trabajo. Como compañero de viaje se mantiene GIAL y Megino, aunque mucho menos reivindicativo y político que en la legislatura anterior.