Que hay de nuevo

Y como McCartney tolera pocos chistes se ha quedado sin escritor, sin mito y sin libro definitivo

Philip Norman es el listillo de los secretos de los Beatles. En 1981 escribió Shout! (gritad!), probablemente la biografía más seria y concisa sobre los Beatles. En esta biografía se desmenuza con detalle el caos societario y financiero que fue el más que probable germen de la disolución del grupo. Curiosamente, esto poco importa a sus fans, ya que son fans, no economistas. El citado Norman podría haber hecho el libro definitivo sobre Lennon, pero su diplomacia periodística y su falta de garra para la literatura biográfica hizo que un tal Albert Goldman se le adelantase y crease el libro total sobre Lennon en el que prácticamente nadie sale bien parado, un libro increíble, por cierto, sea verdadero o falso lo que se cuenta. Pero puestos a llevarse bien con los biografiados o sus adláteres lo que suele salir es una recopilación de lo que todo el mundo ya sabe con fotos que todo el mundo ya ha visto, que es lo que fue el libro del tal Norman sobre Lennon de 2008. Ahora lo intenta con un voluminoso libro sobre el adlátere más peligroso de los cuatro, el McCartney. Ese mismo que cuando vio que los otros escarabajos compis no le hacían ya ni puñetero caso dijo pues ya no me ajunto y se dedicó a formar bandas con el mismo nombre pagando a sus musicos el sueldillo semanal de una limpiadora para hacerse él de oro. La diferencia entre decirlo claramente y decirlo para llevarse bien es decir les pagaba unas escuetas libras semanales. Al final, cuando se dio cuenta que en su grupo de los 70, los Wings (Alas), todos salían volando, acordó repartir parte de los beneficios de la que iba a ser su gira por Japón. Pero los japos le pillaron con droga en la aduana y no hubo gira, ni beneficios, ni Wings. Goldman lo cuenta de forma más picante y amarillesca, es la diferencia entre que lo cuente un escritor y que lo cuente un periodista, que el escritor crea un mito y el periodista hace un telediario de la 1. Y como McCartney tolera pocos chistes se ha quedado sin escritor, sin mito y sin libro definitivo y al cambio le han dado el tocho de la guía de teléfonos. Pero todavía hay esperanza, me queda la parte en la que McCartney deja poco a poco de hacer discos buenos y empieza a pifiarla con matrimonios a base de busconas más falsas que las pelucas de los imitadores de los Beatles. Al final, eso sí, ha encontrado el amor, el dinero y la salud. Ahora le falta una buena biografía.

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