MIENTRAS Zapatero sufre un lapsus e incita a la gente a hacer algo que no necesita incitaciones, el que fue número dos de su Oficina Económica, Rafael Domenech, incita a la desesperación. Sin querer: el hombre, que ahora es un reputado jefe en el Servicio de Estudios del BBVA, se ha limitado a pronosticar que la caída del Producto Interior Bruto de España será del 2,8% (Solbes auguró un 1,6%) y que en 2010 llegaremos a los cuatro millones y medio de parados. ¿No es para desesperarse?

Con todas las alarmas encendidas, resurge con fuerza la idea de un pacto de Estado que permita consensuar una línea de actuación sobre la economía basada en dos ejes: repartir con equidad los sacrificios innegables que hemos de arrostrar e impulsar las reformas necesarias para que salgamos de la crisis con cimientos más sólidos. Al menos PSOE y PP, es decir, Gobierno y oposición mayoritaria, deberían tener el coraje y el patriotismo para alcanzar ese pacto económico. Ya lo han conseguido -no les ha hecho falta firmar ningún papel- en materia de lucha antiterrorista, y eso que parecía imposible.

Quizás sea éste un buen momento para intentarlo, tras el escenario político al que apuntan las elecciones vascas y gallegas. Rajoy ha salido reforzado de ellas, más en condiciones de negociar sin parecer claudicante ni socorrista. Zapatero se siente más débil, pero precisamente su debilidad podría inclinarle a reconsiderar estrategias que ya no le sirven para mantenerse en el poder.

Los pactos con los nacionalistas para aislar al PP están en la cuerda floja. Con el BN Gallego ya es imposible contar. Si Patxi López logra quitarle el puesto a Ibarretxe, ZP se puede despedir también de los votos del PNV en el Congreso de los Diputados. A Convergencia i Uniò, que vendería caro su eventual respaldo, tampoco es factible hacerle muchas concesiones para no enfadar a Montilla más de la cuenta. Con IU y ERC no sale la mayoría absoluta. Por el contrario, el apoyo de los parlamentarios del PP en el País Vasco favorece el acercamiento entre los dos grandes partidos, aunque no conviene olvidar que, al final, ambos serán los únicos contendientes por la Moncloa.

"No vamos a excluir a nadie en la búsqueda de acuerdos parlamentarios", ha dicho el portavoz socialista, José Antonio Alonso. Pues adelante. Al PSOE le convendría, desde luego, pactar sobre economía, justicia y financiación autonómica con el PP y otras cuestiones de gestión y legislación ordinarias con los demás. El pacto económico le convendría también al país, y ahora mismo es más viable que hace unas semanas.

O será que hoy me he levantado optimista.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios